17/01/2017/gizmodo / MF
Los científicos que describieron esta nueva especie de avispa se quedaron tan asombrados con su trasero en forma de cabeza de hormiga que le pusieron Clistopyga caramba. Sí, en honor a la expresión “¡ay, caramba!” que Bart Simpson ayudó a popularizar en el mundo anglosajón.
El primer y único ejemplar conocido de la Clistopyga caramba se encuentra en el Museo de Historia Natural de la Universidad de San Marcos, en Lima. Fue recogido por investigadores del museo en la región andino-amazónica del Perú en una fecha desconocida. Creyeron que la avispa, que se caracteriza por su metasoma altamente modificado y un extraño patrón de color, era un espécimen deforme; pero según un estudio publicado por la revista Zootaxa en septiembre de 2015 se trata de una especie desconocida.
“El nombre específico «caramba» se refiere a la exclamación española «¡ay, caramba!», usada para expresar asombro. Esta palabra describe bien nuestros sentimientos cuando vimos esta especie por primera vez”, explican Ilari Sääksjärvi y su equipo en el artículo sobre la avispa.
Los científicos proponen dos hipótesis para explicar cómo una avispa llega a evolucionar con un trasero en forma de cabeza de hormiga. La primera es que ciertas especies de arañas saltadoras temen a las hormigas, por lo que la Clistopyga caramba podría usar una táctica llamada mimetismo batesiano para asustarlas y comerse sus huevos. Otra opción es que la avispa use la cabeza de hormiga para atraer a otros insectos hambrientos con el fin de inmovilizarlos y comérselos.
La mímica no es tan rara en el reino animal: muchos animales imitan a otras especies para asustarlas o para crear una falsa sensación de seguridad. Como los sírfidos que imitan a los abejorros o la tortuga caimán, cuya lengua imita a un gusano para atraer presas a sus bocas. Pero esta avispa sorprendió tanto a los científicos que decidieron identificarla como una nueva especie aunque solo se haya encontrado un ejemplar.
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