01/02/2017/Belelu/PS
Es uno de los problemas de salud mental más comunes en la actualidad, pero así y todo, aún hay mucha gente que no entiende realmente lo que es vivir con ansiedad. A veces se interpreta como nerviosismo o ganas de comer más, pero hay muchas cosas aparte de eso.
Si convives con la ansiedad y no quieres que se apodere de tu vida y de todas las dimensiones de ella, haz un esfuerzo por cambiar la percepción que tienes al respecto.
Una persona con ansiedad se siente culpable e impotente, porque es difícil lograr controlar los síntomas. De hecho, a veces es peor, porque eso los hace ganar más potencia.
Existen muchas formas de ayudarte a ti misma, como acudir a terapia, probar técnicas de relajación como la meditación o el mindfulness, y también, el grounding.
En español, podría traducirse como «conectarse con el suelo» y es simplemente eso: cuando sientas ansiedad, enfócate en la superficie con la que estás en contacto. Puede ser la tierra, el pasto, una silla, la cama. La idea es devolverle a tu cuerpo el derecho a pertenecer y a tu mente, la calma que brinda la seguridad.
Lo mejor es que lo puedes hacer cuándo y dónde quieras. La base de esta técnica es similar a la del mindfulness, que pretende ayudarnos a volver al origen, a simplificar lo que nuestra mente amplifica, a reconocer los momentos por lo que son y no por lo que tú o los demás dicen que son.
Imagina que el centro de la Tierra te sostiene, que el Universo te cuida y que nada puede sacarte de tu centro. Cuando lo practiques, puedes tomar notas: cada pensamiento o sensación queda registrado para que recuerdes que la ansiedad no te domina, que eres mucho más que eso.
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