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La curiosa estrategia del Banco de Japón para combatir la desigualdad económica

22/02/2017/El Economista

El Banco de Japón (BoJ) lleva años inmerso en un programa de estímulos monetarios que no parecen tener el efecto deseado sobre los precios. No obstante, la economía nipona es una de las más desarrolladas del mundo, con una tasa de paro del 3,1% y un crecimiento sólido del PIB per cápita. Estos datos ponen en duda la enorme intervención monetaria del BoJ, tanto es así que el gestor de fondos y analista Eric Lonergan cree que estas políticas tienen como objetivo reducir la desigualdad económica.

Japón es uno de los países desarrollados con mayor desigualdad en la distribución de la renta. El coeficiente de Gini se encuentra en el 33, (0 es plena igualdad y 100 que toda la renta la ostenta un solo individuo), muy lejos de los niveles que muestran países con una renta per cápita similar a la de Japón (salvo EEUU donde la desigualdad es mayor).  

Por eso, Lonergan explica en philosophyofmoney que el plan del BoJ podría tener como objetivo reducir la desigualdad de rentas que generan los ingresos por capital. Lo que si es un hecho es que las compras masivas de activos por parte del Banco de Japón ha hundido las rentabilidades que ofrece la deuda pública. Estos activos se encuentran de forma mayoritaria en las carteras de inversores de edad avanzada y con elevado poder adquisitivo.

Reducción de la desigualdad

«Si el BoJ logra una inflación media del 1,5% durante 15 años y la rentabilidad media del stock de bonos que está en manos privadas es de 20 puntos básicos, el valor real de esos activos caerá un 20%», explica Lonergan. Esto afectará de forma directa a los japoneses que cuentan con este capital financiero, que son los generadores de la desigualdad económica. 

 Así, el BoJ «está redistribuyendo la riqueza reduciendo los retornos que produce el capital (bonos en este caso) por debajo del crecimiento económico (en términos nominales)». Si la inflación crece al 1,5%, los trabajadores podrán negociar unos salarios más elevados, puesto que el mercado laboral nipón goza de pleno empleo. Mientras tanto, los rendimientos del capital (al menos el de los bonos) será inferior al del crecimiento de los precios y los salarios. 

La deuda pública japonesa se encuentra sobre todo en manos de residentes nipones, la deuda externa del país es relativamente pequeña si se compara con la de otros países. Por otro lado, el Banco de Japón ya posee alrededor del 42% de toda la deuda pública nipona en circulación, por lo que cualquier cambio en el precio o la rentabilidad de los bonos influirá en los ingresos de los japoneses.

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