01/03/2017/Los Replicantes
A veces la jornada laboral puede ser especialmente estresante y muchas veces hay personas que se inventan todo tipo de ideas con tal de no trabajar. No sería la primera vez que pillan a alguien levantando pesas en el gimnasio mientras está, por ejemplo, de baja por problemas lumbares. Al parecer, un 20% de las bajas laborales son fraudulentas en nuestro país.
Sin embargo, entre la picaresca y la siguiente historia, hay una distancia muy grande. Según relata No Solo Manga, al parecer, un hombre de 54 años había acudido a las autoridades en Nagoya -Japón-, después de que un hombre le atacase con un cuchillo.
Según relató, alguien le había propinado un empujón y, de pronto, se encontraba ensangrentado. A pesar de lo surrealista de la historia –le habían empujado y clavado un cuchillo a escondidas, sin robarle ni mediar palabra– la Policía procedió a comprobar que, efectivamente, tenía una herida de arma blanca de unos 2,5 centímetros de largo en el lado derecho de su espalda.
Las autoridades rápidamente investigaron el lugar de los hechos y analizaron el relato de la supuesta víctima. Pero encontraron muchas incongruencias y ninguna prueba. Empezaron a interrogarle y lo que hallaron fue, cuanto menos, traumático: al parecer el hombre se había provocado a sí mismo la herida. Víctima y agresor en una misma persona. ¿Por qué lo hizo? Porque ese día no le apetecía trabajar y no tenía una excusa. ¿En serio no era más efectivo lo del lumbago?
Imitadores por todo Japón
Pues parece que no, al menos en Japón. Y es que a este hombre le han salido, incluso, imitadores. Según parece, a los pocos días, un hombre llamó a los servicios de Emergencias asegurando que «un asaltante no identificado había apuñalado a un compañero de trabajo cerca de la oficina».
Cuando llegaron las autoridades, el joven de 26 años contaba con una profunda herida en el codo derecho. Al parecer, alguien se la había realizado al salir de su coche, cuando intentaron robarle la mochila y él se resistió, lo que le costó una puñalada en el brazo.
Pero… parece que este hombre no había preparado bien su coartada. O que no era especialmente inteligente. Lo que sucedió es que la Policía pudo ver que portaba un cuchillo en su propia mochila. ¿Acaso se lo había dejado el agresor a modo de recuerdo?
Al rato, la víctima terminó confesando que también era el verdugo. Aseguró que se había realizado los cortes porque no quería acudir a su puesto de trabajo. Y, evidentemente, la Policía terminó arrestándole por presentar un informe policial falso.
Ante toda esta moda, hay que preguntarse: ¿en qué condiciones trabajan los japoneses para que prefieran apuñalarse antes que acudir a la oficina?
[staff_social]
Deja una respuesta