24/07/2017/telesurtv
Te invitamos a recorrer la casa natal del Libertador, Simón Bolívar, a 234 años de su nacimiento.
En pleno centro de la capital venezolana se encuentra ubicada la casa natal del Libertador. Poco se sabe de su infancia, pero basta con recorrer sus espacios para imaginar las vivencias que fue atesorando en ese entrañable lugar. Tal día como hoy, pero en 1783, María de la Concepción Palacios y Blanco dio a luz al Padre del la Patria, Simón, hijo de Juan Vicente Bolívar y Ponte-Andrade.
La casa natal
Simón seguramente corrió por los amplios espacios del hogar y contrario a muchos niños de su época pertenecientes a familias aristócratas, prefirió la compañía de los esclavos y mestizos que trabajaban en la plantación.
Una vida marcada por el dolor
La vida de Simón también estuvo marcada por el dolor. Perdió a su padre cuando sólo tenía tres años de edad y a su madre cuando tenía nueve. También enfrentó la muerte de su esposa María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza.
Hipólita y Matea
Hipólita y Matea, dos esclavas de la familia Bolívar Palacios, se encargaron de cuidar, guiar y criar al niño Simón. En el óleo pintado por Tito Salas aparece la negra Matea acompañando a Simón durante su confirmación.
Un regalo para el Libertador
La pila bautismal
En el centro del patio principal se ubica la pila bautismal, donde el niño Simón fue bautizado. Originalmente estaba ubicada en la catedral de Caracas y fue trasladada tras la restauración de la casa natal.
En esta alcoba nació el niño Simón
La casa natal del Libertador tenía una habitación destinada principalmente para atender los partos. En este lugar nació el niño Simón y no sólo él, sino también sus hermanos.
La Galería que rememora algunas batallas del Padre de la Patria
En el diseño original de la casa, en el espacio denominado Galería de las batallas había tres dormitorios para caballeros. Cuando se restauró, Tito Salas pintó los hechos más resaltantes de la vida heroica del Libertador como: «La emigración Caracas a oriente», la «Batalla de Araure», la «Batalla de los Callos» y la «Toma de las Flecheras».
Uno de los lugares que más le gustaba al Libertador
El niño Simón empezó a dar sus primeros pasos y compartió con los esclavos en el patio de granados, un espacio de esparcimiento y lleno de sembradíos en donde el Libertador le gustaba estar.
Educación vivencial
Otro de sus maestros más emblemáticos fue Simón Rodríguez, quien le enseñó la senda de la libertad y la justicia. En 1824, el Libertador le envió una emotiva carta de agradecimiento a su entrañable maestro: «Ud. Maestro mío, que tanto debe haberme contemplado de cerca aunque colocado a tan remota distancia. Con qué avidez habrá seguido Ud. mis pasos; estos pasos dirigidos muy anticipadamente por Ud. mismo. Ud. formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. (…) No puede Ud. figurarse cuán hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que Ud. me ha dado; no he podido jamás borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que Ud. me ha regalado».
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