25/05/2025/Victor Gómez, El Crepuscular/infobae/El Pitazo/Europa Press/TalCual/El Periodiquito
“Es un intento de Nicolás Maduro y de su gobierno de socavar la integridad territorial de Guyana”
Introducción
En un contexto de tensiones históricas y disputas territoriales, el gobierno de Estados Unidos ha emitido una enérgica condena a la celebración de elecciones en el Esequibo –territorio del que Venezuela reclama soberanía y que Guyana defiende con firmeza–. Con un mensaje directo en redes sociales, la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental afirmó que estos actos representan “todos los intentos de Nicolás Maduro y su régimen ilegítimo de socavar la integridad territorial de Guyana”, calificando el proceso como una “farsa electoral”. Esta declaración se suma a la creciente presión internacional para respetar los acuerdos y sentencias internacionales en relación con el territorio disputado.
Antecedentes del Conflicto
El Esequibo es una vasta región de aproximadamente 159,000 kilómetros cuadrados que ha sido objeto de desencuentros y reclamos de soberanía entre Venezuela y Guyana desde el siglo XIX. Mientras Venezuela ha incorporado en el debate la denominada “Guayana Esequiba” –una medida promovida incluso tras un referendo realizado en diciembre de 2023 que reavivó su reclamo–, Guyana se apega al Laudo Arbitral de París de 1899, que definió sus fronteras en la época colonial. La cuestión, agravada recientemente por el descubrimiento de importantes yacimientos y el interés por el control de recursos estratégicos, ha llevado a que organismos internacionales, especialmente la Corte Internacional de Justicia (CIJ), pronuncien medidas cautelares instando a Venezuela a abstenerse de actos unilaterales en la región.
Detalles del Proceso Electoral
En el último proceso, el régimen de Nicolás Maduro habilitó centros de votación en zonas consideradas como epicentro del Esequibo, particularmente en las parroquias de San Isidro y Dalla Costa, ubicadas en el municipio Sifontes del estado Bolívar. Durante esta jornada, se pretendía elegir 16 funcionarios –entre ellos un gobernador, ocho diputados a la Asamblea Nacional y siete miembros del consejo legislativo regional– para el territorio en disputa. No obstante, la baja participación y las denuncias de irregularidades han cuestionado la validez del proceso, considerándolo poco representativo y calificado de “farsa electoral” por críticas tanto internas como internacionales.
La Reacción de Estados Unidos
El mensaje emitido por Estados Unidos, difundido a través de sus redes oficiales, dejó claro que cualquier intento de modificar la situación territorial en el Esequibo por medios unilaterales es inaceptable. Según la declaración, el proceso electoral constituye un esfuerzo deliberado del régimen de Maduro para consolidar un control discrecional sobre la zona y debilitar las reclamaciones legítimas de Guyana. Esta postura se refuerza con el hecho de que, a pesar de las medidas cautelares dictadas por la CIJ, las autoridades venezolanas han decidido continuar con la convocatoria electoral, ignorando el marco legal establecido por la comunidad internacional.
Implicaciones Geopolíticas e Internacionales
La fuerte condena de Estados Unidos remarca la complejidad y el alto riesgo de la situación en el Esequibo. Al etiquetar el proceso electoral como una maniobra para alterar fronteras y socavar la integridad territorial de un Estado soberano, Washington se posiciona en un escenario de mayor escrutinio sobre las políticas de Maduro. Esta declaración no solo refuerza el apoyo de la comunidad internacional hacia Guyana, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro manejo de disputas territoriales en la región, donde la aplicación de sentencias internacionales y el respeto a mecanismos legales son fundamentales para la estabilidad regional.
Conclusión
La polémica elección en el Esequibo es un reflejo de cómo, en la actual geopolítica, los procesos internos pueden tener implicaciones de largo alcance en las relaciones internacionales y en la definición de fronteras históricas. La postura de Estados Unidos –al rechazar lo que denominan “farsa electoral”– subraya la importancia de que cualquier solución a este conflicto se realice conforme a marcos legales y a través de instancias imparciales como la CIJ, garantizando así la integridad territorial y la estabilidad en la región. Los próximos pasos dependerán de la presión diplomática internacional y de la capacidad de los involucrados para reenfocar el debate en mecanismos legales y dialogados que beneficien a ambas partes.
La polémica en torno al Esequibo invita a reflexionar sobre cómo se pesca la soberanía en tiempos de incertidumbre política y debate internacional, y sobre qué estrategias podrían adoptarse para resolver disputas tan complejas de forma pacífica y duradera. ¿Crees que la presión internacional logrará que se retome el diálogo y se respete el marco legal, o el actual escenario llevará a una escalada de tensiones en la región?
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