13/07/2025/Victor Gómez, El Crepuscular/relaxrevista/infomiel/mielife/BBC News Mundo
Investigadores y apicultores destacan los extraordinarios mecanismos químicos de la miel que le confieren una capacidad asombrosa para perdurar durante décadas sin deterioro ni contaminación bacteriana. Este alimento ancestral, elaborado por las abejas a partir del néctar floral, combina propiedades físicas y bioquímicas que lo hacen prácticamente imperecedero.
Según expertos en química alimentaria, la miel posee una baja actividad de agua (entre 15% y 18%), lo que impide la proliferación de hongos y bacterias. Su elevada concentración de azúcares crea un entorno hiperosmótico que deshidrata microorganismos nocivos, mientras que su acidez natural –con un pH que oscila entre 3 y 4.5– dificulta el crecimiento de patógenos como Clostridium botulinum o Escherichia coli.
Además, durante el proceso de elaboración, las abejas introducen enzimas como la glucosa oxidasa, que generan peróxido de hidrógeno, conocido por sus propiedades antimicrobianas. A esto se suman compuestos antioxidantes como flavonoides y polifenoles que refuerzan su estabilidad química.
“Tumbas egipcias han revelado frascos de miel perfectamente conservada tras siglos. No es magia, es ciencia y precisión biológica”, comentó el bioquímico Andrés Moret, especialista en alimentos naturales.
La comunidad científica y los productores locales impulsan nuevos estudios sobre los usos terapéuticos de la miel, su valor nutricional y su potencial como agente natural en la medicina alternativa.
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