20/08/2025/Victor Gómez, El Crepuscular/El Comercio/eltiempo.com/diariolibre.com/yahoo.com
Tres destructores de la Armada de los Estados Unidos, equipados con el sistema de misiles guiados Aegis, han sido desplegados hacia aguas del mar Caribe cercanas a Venezuela, en lo que autoridades norteamericanas han calificado como una operación para reforzar la lucha contra el narcotráfico en la región.
Los buques USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson forman parte de una ofensiva marítima que, según fuentes del Departamento de Defensa, busca interceptar rutas utilizadas por organizaciones criminales transnacionales. Sin embargo, el despliegue ha generado preocupación en Caracas, donde el gobierno del presidente Nicolás Maduro lo considera una provocación directa.
“Venezuela no se doblega ante amenazas imperiales. Defenderemos nuestra soberanía con firmeza y dignidad”, declaró el mandatario en cadena nacional, anunciando además el reforzamiento de la presencia militar en zonas costeras estratégicas.
La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de esta situación, que podría escalar en medio de un clima geopolítico ya marcado por sanciones, tensiones diplomáticas y acusaciones cruzadas. Países miembros del ALBA han convocado una reunión extraordinaria para evaluar el impacto regional del despliegue militar estadounidense.
Contexto estratégico
El sistema Aegis, instalado en los buques desplegados, permite detectar, rastrear y neutralizar amenazas aéreas y marítimas con alta precisión. Su presencia en el Caribe representa un aumento significativo en la capacidad operativa de EE.UU. en la región.
Mientras tanto, analistas advierten que este movimiento podría tener repercusiones en las relaciones hemisféricas, especialmente en un momento en que se intensifican los llamados al diálogo y la cooperación multilateral.
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