01/02/2016/El confidencial/AJV
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Quebec, Canadá, llamado Energy Expenditure During Sexual Activity In Young Healthy Couples, determinó que los queman de media 4,2 calorías por minuto durante una relación sexual, frente a las 9,2 calorías que se queman al correr en la cinta. Las por su parte queman 3,1 calorías durante el sexo, mientras que se deshacen de 7,1 calorías al hacer running.
Ir al es, para la mayoría de los mortales, un auténtico infierno, pero si hay un ejercicio (¡porque lo es!) que gusta a un abrumador porcentaje de la población ese es, por supuesto, el sexo. No frunzan el ceño (por cierto: fruncir el ceño quema 11 calorías), porque en las relaciones sexuales se hacen flexiones y movimientos de toda índole que consiguen que un acto de 80 minutos (con sus pre y sus post, no se alteren) sirva para quemar el equivalente a cinco Oreo. Y si podemos comerlas y quemarlas de una forma tan deliciosa, el mundo se vuelve un poco más divertido.
En definitiva, una hora de sexo equivale a media hora de ‘jogging’. Siéntanse libres de elegir qué les resulta más apetecible y divertido y determinen si es mejor optar por el chándal o por la lencería fina. El sexo, por si fuera poco, tiene un extra que no conseguiremos en el gimnasio (a no ser que la relación con el ‘personal trainer’ se vuelva especialmente intensa). La fricción de los cuerpos genera un ajuste térmico resultante del mecanismo de termorregulación del cuerpo, por lo que acelera el metabolismo.
Cuanto más profundo, lento y fuerte sea el masaje, mayor será el número de calorías quemadas. Durante el sexo oral se queman unas 30 calorías
Todo apunta que el ‘sexercise’ es el ejercicio más completo y placentero para perder peso. Estas son las posturas con las que hacer del CrossFit una actividad para débiles.
Preliminares y consejos generales
Un investigador italiano determinó que el simple acto de quitarnos la ropa hace que quememos unas 10 calorías, mientras que desabrochar un sujetador con la boca eleva la cifra a 80. Y qué quieren que les digamos: practicar remo en el gimnasio durante diez minutos quema el mismo números de calorías y al hacerlo no llegamos a ninguna playa paradisíaca ni a ningún puerto. Al menos así conseguimos deshacernos del dichoso sujetador.
Si antes de entrar en materia optamos por un apasionado mensaje (entiéndase por apasionado un masaje de una hora, de esos con los que los dedos y los brazos tiemblan), quemaremos 80 calorías. Cuanto más profundo, lento y fuerte sea el masaje, mayor será el número de calorías quemadas.
Durante el sexo oral se queman unas 30 calorías. Si realmente quieres tomarte el sexo como un gimnasio, suma flexiones al acto (hay gente para todo) y resta otras 70 calorías.
Para una quema extra de calorías es buena idea practicar sexo a primera hora de la mañana, en ayunas. De esta forma, el cuerpo recurre a las reservas de grasa acumuladas en el cuerpo, no a la energía procedente de los alimentos. Variar el ritmo e intercalar momentos de velocidad máxima con otros más pausados no solo servirá para aumentar la excitación y retrasar la llegada del orgasmo, sino que también ayudará a quemar calorías al actuar como el HIIT, entrenamiento consiste en intercalar momentos cortos de alta intensidad (anaeróbicos) con otros de intensidad moderada. Se mejora la sensibilidad a la insulina, se incrementa la testosterona y la hormona del crecimiento y se aumenta el gasto energético post-entreno. Ah: y no habremos salido de la cama. La magia del ‘sexercise’.
Si ninguna de las posturas que a continuación encontrarás te convencen o si anoche practicaste otras y quieres saber el gasto calórico resultante, existe una calculadora sexual en la que insertar la postura, la duración del acto y la intensidad para saber cuántas calorías quemaste. He aquí las seis posturas sexuales con las que deshacerte de los excesos de las Navidades.
Adho Mukha Svanasana
Las asiduas al yoga sabrán de qué se trata la Adho Mukha Svanasana, o lo que es lo mismo, la postura del perro mirando hacia abajo, ideal para fortalecer los músculos de piernas y brazos. Para comenzar, partimos de una plancha, por lo que entra en juego el core (la zona abdominal). A continuación se elevan los glúteos hasta trazar una pirámide con el cuerpo, con brazos y piernas estiradas. Intentaremos apoyar los talones en el suelo para que el ejercicio sea más duro y elevaremos los glúteos de forma rítmica para quemar un extra de calorías. Esta postura, por cierto, favorece una penetración más profunda. Lo indicamos por si alguien se había olvidado de que no estamos hablando de una sesión de yoga ni de CrossFit, sino de sexo.
Postura del puente sobre los hombros
Y seguimos tirando de las lecciones de yoga (no todo iba a ser encontrarnos a nosotros mismos). Esta postura es ideal para tonificar los glúteos y no exige haber formado parte del Circo del Sol. Nos tumbamos con las rodillas dobladas y los pies separados. Al elevar la cadera, el hombre, arrodillado entre las piernas de ella, comienza la penetración. Las que busquen quemar más calorías pueden partir de esta postura para luego elevar las piernas y rodear con ellas la cadera del hombre, por lo que el único punto de apoyo con el suelo residirá en el tronco.
Échenle imaginación y descubran la de cosas que la cama permite y que el gimnasio, al menos de momento, no autoriza hacer ante sus espejos
Lunges
Sí: hablamos de los temidos lunges o estocadas, esas pequeñas torturas que hacemos en el gimnasio para tonificar piernas y glúteos. La buena noticia es que resulta mucho más motivador entre las sábanas. La mujer coloca un pie junto a la cintura del hombre y estira la pierna contraria entre las piernas de él. Ella es la que controla el grado de penetración al elevar y bajar la cadera, con el peso apoyado en los muslos. Trabajará el músculo estabilizador de la pierna situada junto a la cintura del hombre.
El columpio de espaldas
El hombre se tumba y eleva las rodillas noventa grados. La mujer se coloca de espaldas a él y hace una sentadilla hasta introducir el pene en su vagina. Aunque él puede controlar el movimiento de la mujer al poner las manos alrededor de su cintura, es la mujer la que estará ejercitando glúteos y muslos al estar siempre en una postura de sentadilla. Y si de nuevo queremos desechar la idea de que estamos haciendo del sexo una sesión de entrenamiento, no olvidemos que desde esta postura la mujer tiene acceso directo a los testículos y perineo del hombre. Échenle imaginación y descubran la de cosas que la cama permite y que el gimnasio, al menos de momento, no autoriza hacer ante sus espejos, mancuernas y colchonetas.
El hombro
Aunque la postura del arado Halasana es también ideal para quemar calorías, exige una flexibilidad y una musculatura avanzadas, por lo que esta postura es un paso intermedio y evitará que la noche termine en urgencias. Consiste en que la mujer se tumbe de espaldas y eleve glúteos y piernas lo más arriba posible, hasta apoyar los gemelos sobre los hombros de él, que estará arrodillado mirando hacia ella. La mujer puede buscar apoyo con las palmas de las manos sobre el suelo para conseguir un apoyo extra o sujetarse a sus glúteos.
El sometido
El hombre ha de tumbarse con las piernas juntas y la mujer se sienta encima, introduciendo el pene en su vagina, dando la espalda a la pareja. Puede moverse de cuclillas, practicando sentadillas, o doblar las piernas hacia atrás para lograr una mayor estabilidad.
Final feliz (literal)
El orgasmo solo quema unas cinco calorías, pero qué demonios: para haber llegado a él, habremos pasado por una serie de posturas con las que nos habremos liberado de un buen número de calorías. Al fin y al cabo, entrenar solo es un aburrimiento (nota a pie de página: un hombre puede quemar 50 calorías al masturbarse). Hacer ejercicio en pareja siempre es más divertido y no: esta no es una moraleja final que incita a subirnos a la elíptica junto a nuestra pareja. El mensaje final es que quemar calorías en la cama (o dónde ustedes quieran) es mucho más divertido.
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