23/02/2016/Paulo Whitaker / Reuters
Latinoamérica es distinta al pasado y se encuentra en busca de un nuevo equilibrio económico, afirma una experta costarricense.
A pesar de que hoy en día América Latina ha entrado en un período de desaceleración económica, no es justo hablar de la depresión de toda la región, afirma la política y economista Rebeca Grynspan Mayufis, en su artículo para el periódico ‘El País‘. La experta destaca cuatro matices que demuestran que la situación no es tan trágica como la describen en la prensa occidental.
América Latina es diversa
Grynspan admite que en 2015 Latinoamérica ha experimentado una contracción económica, pero no todos los países de la región registraron tasas de crecimiento negativas. Al contrario, la mayoría de naciones latinoamericanas han mostrado un crecimiento positivo bastante aceptable en el fondo de la actual situación económica mundial. Así, 16 países crecieron en más del 2%, ocho en más del 3%, y los pronósticos para el año 2016 proponen un panorama similar.
La economista señala que tales cifras demuestran que América Latina no «está cayendo en picado», sino encuentra un nuevo equilibrio económico, que podría ser alcanzado con las reformas que «permiten diversificar la economía y dar un salto de productividad».
La región está mejor preparada para la crisis que en los ochenta
Hoy en día América Latina no es igual que en el pasado no lejano, mostrando la fortaleza que no poseía durante la crisis de la década de 1980, asegura Grynspan. «Con pocas excepciones, los países tienen más instrumentos disponibles, han entendido la importancia de la estabilidad macroeconómica, exhiben niveles de endeudamiento público mucho más bajos, y las instituciones financieras y monetarias están realizando su trabajo», señala.
La política también destaca la reducción de la pobreza en la región, que ya muestra índices menores que los de la clase media. Además, la población latinoamericana moderna es más sana y más educada.
La política importa tanto como las variables económicas
«Los gobiernos latinoamericanos enfrentan un triple desafío: preservar las ganancias sociales protegiendo a los sectores más vulnerables, responder a las aspiraciones de los nuevos sectores medios mejorando la calidad de los servicios públicos, y elevar la competitividad de la economía apostando por la innovación, por más inversión en ciencia y tecnología, por una agenda digital que permita entrar decididamente a la sociedad del conocimiento, y por una gestión pública mucho más eficiente y transparente», explica Grynspan.
Estas tareas, de acuerdo con la política, requieren sobre todo un diálogo más fluido con el sector privado y con la sociedad civil y la duplicación de los niveles de inversión en infraestructura y logística. Tal gestión política ayudaría a crear «una ciudadanía más exigente y un entorno más competitivo».
Un complejo contexto global
Para concluir la experta señala que la situación económica de América Latina debe ser analizada en el marco de un contexto global diverso y complejo, teniendo en cuenta «la excesiva incertidumbre, la alta volatilidad, la salida de capitales y el endurecimiento de las condiciones de financiamiento externo».
La economista también afirma que para proteger la región de esta depresión que tanto le atribuyen y ayudar a encontrar los motores de crecimiento estable y dinámico «hacen falta acciones decisivas para profundizar la integración regional y expandir los mercados, pero también es urgente emprender una discusión en torno a la gobernanza mundial y las estructuras que rigen el comercio, la transferencia de tecnología, el sistema financiero internacional, el flujo de capitales y la cooperación exterior».
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