13/08/2016/
Después de casi un año de cierre, los gobiernos de Venezuela y Colombia acordaron reabrir gradualmente una frontera porosa y complicada, que a lo largo de 2.119 kilómetros, presenta dificultades de orden económico, comercial y de seguridad.
La reapertura de la frontera colombo-venezolana, será gradual. Los retos, a lo largo de la costura invisible, siguen vigentes, pero ¿qué medidas se tomarán para evitar que los problemas persistan?
Después de una reunión prolongada, los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Colombia, Juan Manuel Santos, coincidieron en la necesidad de reabrir el paso peatonal entre ambos territorios, como medida preliminar a la normalización del tráfico en la zona fronteriza, que abarca 2.119 kilómetros
La medida entrará en vigencia a partir de este sábado en cinco puntos de tránsito: San Antonio y Boca del Grita, en el estado Táchira; Paraguachón, en Zulia; Puente Páez, en Apure; y Puerto Ayacucho, en Amazonas, detalla Telesur. La actividad en la zona se extenderá desde las 6:00 de la mañana hasta las 9:00 de la noche, hora de Venezuela.
Mucha prudencia
El cierre de la frontera fue una medida tomada por el presidente Maduro en agosto del año pasado. El ataque a una unidad de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) por parte de grupos paramilitares motivó al gobierno venezolano a restringir el paso en el estado Táchira, una decisión que se extendió hasta el resto de las entidades limítrofes, luego que se evidenciaran las profundas distorsiones que afectaban severamente la estabilidad económica de Venezuela.
Más allá de la actuación de los grupos paramilitares, el cierre de la frontera hizo más evidente fenómenos como el contrabando de alimentos, medicinas y combustible hacia territorio colombiano, así como prácticas destinadas a depreciar la moneda nacional de Venezuela.
Por eso, la normalización será gradual. En sus primeras declaraciones, Santos destacó: «Será una apertura transitoria mientras vamos aprendiendo y vamos acoplando las decisiones para que cada paso que demos sea certero y positivo, y si vemos algún problema tendremos la precaución de corregirlo inmediatamente», refiere El Tiempo.
En línea con ese discurso cauto estuvo Maduro: «Estamos interesados en un nuevo comienzo (…) de las relaciones económicas y comerciales con todos los sectores productivos de Colombia».
Reanimar el comercio
Tanto Maduro como Santos coincidieron en la necesidad de reavivar el comercio entre ambos países. Colombia y Venezuela, aparentemente socios naturales, han experimentado la caída progresiva de su intercambio de bienes y mercancías.
Según datos de la Cámara Venezolana Colombiana (Cavecol), el flujo de intercambio binacional pasó de unos 8.000 millones de dólares en 2010, a menos de 1.000 millones al cierre de 2015. El descenso, en buena parte, se debió al desplome de las exportaciones de Venezuela hacia Colombia, e impactó de manera directa a unas 250 empresas.
Una de las medidas más inmediatas, para favorecer el clima de confianza de los empresarios y estimular las inversiones, es la coordinación de las autoridades binacionales para el intercambio de información aduanera y la lucha contra el contrabando, así como el establecimiento de una cédula fronteriza que facilitará el control de las actividades que se desarrollan en la zona.
Bruce Mac Master, presidente de la Asociación de Industriales de Colombia (Andi), celebró la decisión de los gobiernos y consideró que las medidas son «una corrección de algo que nunca debió suceder», refiere El Espectador.
De igual forma, el empresario recalcó: «Hay que buscarle soluciones al contrabando, para la gente que se dedica a eso, hay que mirarlo con cuidado. Cúcuta ha vivido una situación difícil y hay que buscar soluciones que atiendan a todos los frentes. Si eso se logra vamos a tener un proceso de transición sencillo».
Energía
Venezuela siempre ha tenido la gasolina más barata del mundo. Las estaciones de servicios de los estados limítrofes con Colombia -antes del cierre- se caracterizaban por estar atestados de vehículos y los llamados «pimpineros», que contrabandeaban el combustible al otro lado de la frontera.
Esa actividad ilícita, legalizada en Colombia bajo la figura de «cooperativas», le costaba a Venezuela la fuga de casi 100.000 barriles diarios de gasolina. Una vez que el gobierno de Maduro limitó el paso, explotó el problema para Santos: las estaciones de servicio en su país no podían cubrir la demanda de la zona, que históricamente se abastecía en territorio venezolano.
Para que la situación no se repita, el gobierno de Colombia planteó la posibilidad de instalar estaciones de servicio de Petróleo de Venezuela en su territorio, que permitan el expendio de gasolina en pesos colombianos.
La propuesta, que será discutida la semana que viene por los ministros del área, le permitiría a Colombia satisfacer la demanda en los departamentos fronterizos -a un precio inferior que el resto del país- al tiempo que le reportaría mayores beneficios a Venezuela, porque disminuiría la cantidad de combustible que se fuga por contrabando.
Si se concreta el acuerdo, el Gobierno colombiano podría ahorrarse casi 45.000 millones de pesos anuales «que es el costo del subsidio al combustible en las zonas fronterizas entre ambos países», dijo el gobernador de Arauca, Ricardo Alvarado, citado por El Tiempo.
Aunado a ello, los ministros de transporte deberán evaluar cómo será el esquema para el paso de vehículos y camiones, lo que podría incluir la instalación de dispositivos electrónicos que faciliten el control del combustible que recargan, para menguar el negocio del tráfico de gasolina.
De igual forma, los presidentes de ambos países instruyeron a sus ministros a reunirse para discutir un esquema de suministro de gas desde Venezuela a Colombia.
Beneficio mutuo
La normalización de la relación en la frontera representa un beneficio inmediato para Colombia, cuya población estaba habituada a pasar hacia Venezuela para adquirir productos de consumo de primera necesidad -subsidiados por el Estado- que son más baratos que en territorio colombiano.
De igual forma, los transportistas colombianos podrán hacer uso de la infraestructura vial venezolana, lo que disminuye considerablemente los tiempos de entrega y traslado de mercancías a ciertos sectores de su país.
Para Venezuela, por otro lado, representa una oportunidad para retomar el impulso a la Zona Económica Especial, ubicada en San Antonio del Táchira, diseñada por el gobierno nacional para hacer frente a la difícil coyuntura que atraviesa el país por la caída de los precios del petróleo, su principal fuente de divisas.
Sin embargo, todo sigue en el tintero. Más allá de la declaración política hecha por Maduro y Santos, serán los equipos técnicos y ministeriales los encargados de concretar, en las próximas semanas, la normalización fronteriza con acuerdos específicos en las áreas de seguridad, comercio y energía, que permitan tener un área limítrofe libre de los flagelos que siempre han azuzado las tensiones en territorios hermanos.
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