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«Adiós, cariño mío»: Encuentran un mensaje de amor en una botella que viajó más de 9.000 kilómetros

12/01/2016

Una madre y un hijo han hallado en una playa de Gales una carta de amor y pérdida guardada en una botella de vidrio procedente de China.

Jack Harrington, un niño de 11 años, y su madre Nancy encontraron una botella de vidrio con un rollo de papel escrito en chino mientras paseaban por la playa de Anglesey (Gales, Reino Unido). La mujer entregó el documento a la mujer de un compañero de trabajo, de nacionalidad china, quien logró traducir el contenido.

Se trataba de una historia de amor y pérdida y su origen parecía ser la isla Gulangyu, ubicada en la costa de Xiamen, en el sur de China y a más de 9.000 kilómetros del lugar de hallazgo, según informa el medio galés Wales Online.

La carta contenía el siguiente mensaje: «El islote de Gulangyu es sorprendente, memorable, es el lugar de mis recuerdos más felices y, a la vez, más tristes. En este islote tan poco romántico y corriente, mi romance, que no había comenzado nunca, terminó. Tres o tal vez cuatro días quedan para recordar, para lamentar y sentir nuestras emociones, en los que tengo el permiso de disfrutar tranquilamente de estar contigo, verte, tenerte cerca… La vida debe continuar. Las cosas a las que te aferras siempre te detienen. Hay que seguir avanzando, seguir corriendo. Con todas las cosas sobre las que se puede pensar, el olvido se hace posible. Hay un dicho famoso: ‘Como no hay nada que puedas hacer al respecto, enfréntate con la realidad’. Tienes que ser feliz. No te vuelvas demasiado delgada, no sientas la necesidad de cambiar. Si quieres ser una buena persona, no hace falta cambiar, porque ya eres así. Estés donde estés, tómate un tiempo para pensar en paz y tranquilidad. Pasa tus días siendo feliz con alguien especial. Adiós, cariño mío, y adiós a nuestro islote de Gulangyu».

Así termina la carta de amor, en cuyo reverso aparece la canción de la universidad china de Amolensis: «Recuerdo haber dicho adiós en la puerta de Amolensis. Siempre recordaré ese momento en lo más profundo de mi corazón, así como tus pequeños gestos. Tristemente, te has ido y la vida debe continuar. No hay nada que podamos hacer, ¿verdad?».

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