09/01/2016/EL UNIVERSAL
Que se abra un compás de negociaciones en el que se permitan operaciones cambiarias en el seno de la Bolsa de Valores de Caracas, propone Juan Domingo Cordero, economista, asesor de inversiones, ex presidente de la BVC, y de la Federación Iberoamericana de Bolsas de Valores, quien considera que es este el órgano idóneo para que a través de la libre fluctuación de la oferta y la demanda, se maneje en el mercado una paridad de la moneda más acorde con el valor real del dólar, lo que establecería una cotización menos especulativa que confrontaría exitosamente el llamado “dólar Cúcuta” que se ha convertido en un marcador referencial para la compra venta de productos importados a precios sobredimensionados, a pesar de ser “absolutamente marginal”.
Estima que esta estrategia podría constituirse en una balanza que sinceraría la valía de la divisa. Plantea el experto que estas transacciones sean supervisadas por el Banco Central de Venezuela. Este “mercado de libre flotación” que pone sobre la mesa de las consideraciones oficiales Cordero, se fundamentaría en que se lancen al ruedo una cantidad de dólares que oscile entre los 250.000 y los 500.000 dólares, para que en un período de alrededor de treinta minutos al día se desarrolle una jornada que marque de una manera más transparente y cercana al valor real de la divisa extranjera, el precio de ésta en el mercado.
En entrevista con El Universal, el experto afirmó que este mecanismo, posibilitaría un esquema de negociación directa entre dos puntas: el comprador y el vendedor, recobraría la confianza de los inversionistas, condición crucial para el establecimiento de negocios que, a su juicio, se ha perdido en el país y que según estima, es uno de los factores que han determinado el alejamiento de los grandes capitales internos y foráneos de proyectos que pueden impulsar decisivamente el aparato productivo.
“¿Por qué el inversionista privado no trae sus dólares? Porque no hay confianza. El establecer operaciones estrictamente reglamentadas en la Bolsa de Valores de Caracas con la participación de empresas tanto públicas como privadas con el fin de fijar la paridad cambiaria permitiría recuperar la credibilidad en el mercado interno y en el país. En treinta días se monta ese sistema porque la BVC tiene amplia capacidad para enfrentarlo. El Banco Central de Venezuela y el Ministerio de Finanzas se encargarían del Reglamento que controle todas las operaciones. Para imprimir seguridad del cumplimiento de los recursos transados en estas negociaciones se pueden utilizar como compensadores los bancos del Estado, comenzando con uno líder de la banca pública como el Banco de Venezuela, por ejemplo”, afirma Cordero.
Aprecia que excluir las casas de bolsa de las operaciones cambiarias, desde hace casi siete años, no fue una medida acertada porque puso fin a la transparencia necesaria en la formación del dólar alternativo, apunta el economista.
–Se abriría un lapso para estas operaciones al menos media hora al día. La cotización mínima sería de 250.000 dólares con las debidas garantías. Las circunstancias obligarán a tomar decisiones para subsanar la situación que se ha enquistado debido a que no se sabe hoy en día, cuánto en realidad vale un dólar. Si hay algún temor del Gobierno, el Estado podría crear un impuesto como el Tobin, enfatiza Cordero.
El impuesto al que se refiere el ex presidente de la Bolsa de Valores de Caracas es un ITF (Impuesto a las transacciones financieras) que se aplica sobre este tipo de operaciones, y que fue propuesta por el economista estadounidense James Tobin en sus Janeway Lectures en la Universidad de Princeton en el año 1971).
A su juicio, el cobro de esa tasa impositiva, convertiría estas transacciones en el mercado bursátil, en otra fuente de divisas para el país, sostuvo, por lo que espera se considere.
[staff_social]
Deja una respuesta