03/03/2017/muyinteresante / MF
Fósiles que se remontan a los orígenes de la Tierra. El hallazgo dentro del llamado cinturón de Nuvvuagittuq, un peculiar rincón geológico en Quebec (Canadá), de unos microfósiles con al menos 3.770 millones de años de antigüedad los convierte en los más vetustos que conocemos hasta ahora. Los fósiles hallados sugieren que la vida pudo surgir y colonizar el mar muy pronto tras la formación de la Tierra, lo que permite teorizar conque hayan existido planetas similares al nuestro que pasaron por el mismo proceso. El primero en quien pensamos es en Marte.
Estos restos se encuentran en rocas sedimentarias que pertenecieron a antiguas fuentes hidrotermales donde los tubos y filamentos microscópicos, formados por bacterias que vivían en hierro, se han convertido en la primera evidencia de vida en la Tierra. Y esto no resulta extraño, pues las fuentes hidrotermales bajo los océanos representan uno de los primeros escenarios que albergaron vida en la Tierra gracias a su rico contenido en hierro.
«Nuestro descubrimiento apoya la idea de que la vida surgió de los respiraderos calientes de los fondos marinos poco después de que se formase el planeta Tierra. Esta rápida aparición de la vida en la Tierra se ajusta a otras pruebas de sedimentos de hace 3,700 millones de años que fueron moldeados por microorganismos», explica Matthew Dodd, líder del trabajo.
Los expertos analizaron fragmentos de jaspe, una roca sedimentaria hallada en la franja de Nuvvuagituuq datada anteriormente entre 3.770 y 4.290 millones de años. Empleando una combinación de microscopía óptica y espectroscopia Raman (para estudiar modos de baja frecuencia), los científicos lograron identificar tanto los microfósiles como la mineralogía asociada a ellos.
Los resultados han confirmado que la vida prosperó en estos ambientes hidrotermales poco después de los orígenes de la Tierra. Entre los elementos hallados en las rocas se encuentran: microfósiles en forma de tubos de hierro con o sin filamentos internos de hierro, gránulos de óxido de hierro, rosetas de carbonato cortadas y rodeadas por masas de apatita o filamentos torcidos de hierro. Todos ellos, producto de la putrefacción.
«Las estructuras están compuestas por los minerales que se espera se formen a partir de la putrefacción, y han sido bien documentados a lo largo del registro geológico, desde el principio hasta hoy. El hecho de desenterrarlos de una de las más antiguas formaciones rocosas conocidas, sugiere que hemos encontrado una evidencia directa de una de las formas de vida más antiguas de la Tierra. Este descubrimiento nos ayuda a reconstruir la historia de nuestro planeta y la vida notable en ella y ayudará a identificar rastros de vida en otras partes del universo», comenta Dodd.
«Estos descubrimientos demuestran que la vida se desarrolló sobre la Tierra en un momento en el que Marte y la Tierra tenían agua líquida en sus superficies, lo que plantea preguntas emocionantes sobre la vida extraterrestre. Por lo tanto, esperamos encontrar pruebas de vida pasada en Marte de hace 4.000 millones de años de antigüedad, o sino, la Tierra puede haber sido una excepción especial”, finaliza Dodd.
El estudio, desarrollado por un equipo internacional de científicos liderado por investigadores de la University College de Londres (Reino Unido), ha sido publicado en la revista Nature.
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