29/06/2017/panorama/AM
Es la más buscada por hombres y mujeres que necesitan enfrentar los estragos que causan la edad y el medio ambiente, en la piel. El consumo de vitamina E se ha popularizado de tal manera que se ha convertido en una aliada inmejorable de la belleza y la salud. Ella captura y desactiva los radicales libres del organismo, que descomponen las células que causan el envejecimiento. Quizás por eso, ahora en el mercado cosmetológico y de la medicina alternativa (natural) se habla de la vitamina E como un héroe, el más grande y antiguo del batallón antioxidante.
Por ejemplo, la secretaria Fabiana Contreras, de 30 años, refiere que la utiliza a través de cremas cosméticas para aumentar la microcirculación (el flujo sanguíneo) asegurando una mejor alimentación del tejido. “Para mí ha funcionado de lo mejor; se evitan muchos tratamientos engorrosos. Con la vitamina E he mejorado la elasticidad de la piel y he prevenido futuras arrugas. Parece mentira, pero sí tiene potencialidades”.
Por su parte, María Saldivia (27 años) destaca los beneficios de las aplicaciones externas de esta vitamina, pues le ha ayudado a inhibir las inflamaciones y a curar las cicatrices. “Estas propiedades antiflamatorias ayudan a la piel en su proceso regenerativo natural. Incluso, se conoce su especial utilidad para reducir las cicatrices después de la cirugía, al igual que provee unas protecciones en contra de los rayos ultravioleta y sus negativos efectos”.
A juicio de la vendedora de productos naturales y medicina alternativa Judith Parra, todas las bondades de la vitamina E lo comprueban diversos estudios científicos, quienes han demostrado que existe una buena influencia en el proceso de renovación celular y promueve la producción de colágeno. De hecho, -refiere Albarrán- está siendo recomendada en seminarios científicos. Pero, según la nutricionista Alina Acosta, es importante reconocer que se trata de una vitamina a base de aceite y que puede tener un efecto contrario si es ingerida en dosis superiores.
“En principio -continúa Acosta- el exceso de vitaminas en el cuerpo hace que éste elimine lo que no necesita o, en el peor de los casos, que se produzcan enfermedades originadas por el consumo excesivo de ellas. Una hipervitaminosis por vitamina E origina náuseas, gases, diarrea y aumenta la actividad de los coagulantes”.
Es decir, que no se debe abusar, debe tomarse con precaución y con suministros indicados por un médico. La vitamina E viene en tabletas de 100, 200, o 400 unidades internacionales; lo normal es que una persona ingiera 200 unidades diarias para tener mejores resultados.
Por más beneficiosa que sea esta vitamina, el esteticista Carmen Paredes opina que no pueden haber excesos en su ingesta, ya que eso afecta al resto del cuerpo. “Si bien representa una ventaja para la juventud y la belleza, también resulta perjudical, porque necesita de las sustancias grasas para ser absorbida; de lo contrario, se acumula fundamentalmente en el tejido adiposo, hígado y musculatura”. Para una perfecta absorción -indica Paredes- es necesario una correcta producción de bilis y jugos pancreáticos.
Entre las dudas más comunes sobre el tema, destaca la frecuencia con la que el cuerpo necesita tomarla. Es sabido que el organismo no puede producirla; por tanto, es importante obtenerse de otras fuentes como: avena, lechuga, manzana, mora, plátano, zanahoria, tomate, naranja, apio, coco, pera, frijoles, nueces, yema de huevo, aguacate y aceite de oliva o de soya.
Según los expertos, lo mejor es llevar una dieta sana y, sólo cuando se requiera -en casos de desnutrición, acné o cirugías- se tomen complementos o recurrir a otras vitaminas aplicadas, las cuales pueden funcionar.
Las vitaminas no son la solución a todos los problemas de la vida, pero sí ayuda a retrasar el envejecimiento cutáneo, suaviza la piel seca, reduce cicatrices y destruye los radicales libres que se forman por la acción libre de los rayos ultravioleta.
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