13/04/2017/Noticias24
Para el año de 1817 azotaba una epidemia de cólera a la población que luego se llamó Santo Tomás de Nueva Guayana, cuyo nombre había sido cambiado a Angostura, por estar enclavada en la parte más estrecha de río Orinoco, en nuestro bello país Venezuela.
Esta imponente geografía dio pie para que el médico Johann Gottieb Benjamín Siegert, de origen Alemán, investigador de las plantas sudamericanas, desarrollase un medicamento un tanto amargo, de inusual sabor, pero de probada eficacia para aliviar problemas estomacales.
Veinte y cinco productos botánicos de nuestra basta geografía venezolana componen su mezcla: frutas tropicales, raíces, semillas aromáticas, cortezas y una cantidad mayor de ingredientes, que aún hoy en día, se mantienen en estricto secreto, entre ellos la sarrapia.
Johann Sieger, trabajó como cirujano general en el ejército de Simón Bolívar, se casó con una hermosa dama Guayanesa, y para mediados del siglo XIX, se trasladó junto a su familia a la isla de Trinidad y Tobago, produciendo desde entonces este extraordinario producto, cuyos herederos lo distinguen como una mezcla nacida y comercializada desde Venezuela para el mundo.
El producto comenzó a venderse en 1.824 y se estableció una destilería para ese propósito en 1.830. Comenzó a exportarse a partir de 1.853 y en 1.875 la planta fue mudada de Ciudad Bolívar a Trinidad, donde todavía permanece.
El amargo en los cocteles
Los amargos han sido un potente producto saborizante, utilizado en muchas recetas de cócteles, un toque o dos, le dan el justo sabor. Algunos estudiosos han asegurado que El Amargo de Angostura, conocido como “Angostura Bitters” en los países de habla inglesa, es una mezcla de innegable valor.
Su contenido alcohólico es cercano al 48%, por lo que es extremadamente concentrado y es un ingrediente clave en la preparación de muchos cócteles. De acuerdo a la información de la empresa, ante el curioso tamaño de la etiqueta, se dice que es el producto de la actitud de la gente del Caribe.
Cuando alguien hizo el pedido del tamaño equivocado de la etiqueta, el error fue notado, pero nadie tomó la iniciativa de resolverlo, esperando que alguien más se encargara del problema. Como nadie hizo nada para corregir el error, la empresa decidió mantener la botella con la etiqueta del tamaño equivocado y desde entonces se ha convertido en su “marca de fábrica”.
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