21/12/2015/La ciudad de Reikiavik vista desde la iglesia Hallgrímskirkja / Reuters / Stoyan Nenov
En las últimas semanas, miles de islandeses ―incluyendo a muchos ateos― han adoptado el zuismo. La más reciente religión de ese país promete algo más terrenal que la salvación del alma.
El zuismo, reconocido oficialmente desde 2013, se ha convertido en la religión de más rápido crecimiento en Islandia. En tan solo las últimas dos semanas, más de 3.100 personas se han unido al movimiento que venera a los antiguos dioses sumerios, informa ‘The Telegraph‘.
El secreto de este insólito éxito, incluso entre ateos, radica en que la nueva religión promete el reembolso de impuestos. Según el sistema vigente en Islandia, los ciudadanos tienen que contribuir con un impuesto de congregación conocido como Sóknargjöld a una organización religiosa que hayan elegido. O en el caso de los ateos, el pago va directamente al Estado.
En ese contexto, el zuismo promete devolver el dinero que recibe a través de este impuesto a sus seguidores. Según su página oficial, «la organización redistribuye el apoyo financiero anual del Gobierno entre todos los miembros de la congregación por igual».
«El zuismo apoya plenamente la libertad de religión para todo el mundo», reza su sitio web. «El objetivo principal de la organización es que el Gobierno derogue cualquier ley que les otorgue a las organizaciones religiosas un privilegio financiero u otros, por encima de otras organizaciones. Además, el zuismo exige la abolición del registro de religión de los ciudadanos por parte del Gobierno», reza el portal.
Cuando la organización alcance sus objetivos ‘terrenales’, promete dejar de existir.
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