13/01/2016/Diario 26/AJV
¿Cómo reconocer los indicios de advertencia antes de que se pierda la libido? Los siguientes siete indicios pueden ayudarnos a reconocer que se está a un matrimonio sin sexo. Si detecta alguno de esos indicios en su matrimonio, hay que hacer .
En un mundo donde el matrimonio sin sexo se define como aquel que tiene sexo diez veces al año o menos, esas parejas son matrimonios sin sexo.
1. No se habla de sexo
El sexo puede resultar un tema incómodo, incluso con la propia pareja. Pero quienes hablan sobre sexo mantienen relaciones con más . Es probable que eso sea así porque esas parejas se sienten cómodas hablando de lo que les gusta o no les gusta, lo que hace ambas partes disfruten más del sexo.
Si se quiere tener una sexual sana, hay que esforzarse por superar la incomodidad, el temor a herir los sentimientos del otro y la idea de que esa conversación no es apropiada.
2. Se evita el sexo como castigo
Privar a la otra persona de sexo constituye una manipulación y puede generar resentimientos que pueden causar problemas persistentes, tanto para la relación como para la vida sexual. Utilizar el sexo como recompensa hace que éste deje de ser un acto de amor y se convierta en una lucha de poder. Nunca debe usarse ese bello acto como forma de controlar al cónyuge.
3. Se mira pornografía
Muchas parejas atribuyen el éxito de la vida sexual a la pornografía. Lo que no advierten es que el material sexual explícito en realidad los lleva hacia un matrimonio sin sexo.
Los estudios revelan que la pornografía deriva en un sexo menos satisfactorio y que hasta puede llevar a no mantener relaciones sexuales en absoluto. El estudio más amplio sobre la pornografía descubrió que cuanto más pornografía ve una persona, menos deseo siente hacia su pareja porque las imágenes pornográficas le generan al cerebro más satisfacción que el sexo real. Eso hasta puede causar problemas de erección y hacer que una persona se vea imposibilitada de tener sexo.
De esa forma, si se continúa viendo pornografía, será menos probable que se experimente un deseo de verdadera intimidad, con lo cual se estará en camino a un matrimonio sin sexo.
4. No se sienten atractivos
A veces alguien puede sentirse agotado y no tener tiempo de ocuparse de sí. Se está en la fila de la tienda de alimentos tratando de evitar que nuestro hijo dé cuenta de un paquete entero de goma de mascar por el que no se ha pagado mientras las revistas siguen intentando definir qué significa “sexy”.
Si se tienen problemas de autoimagen, eso puede llevarnos a querer tener cada vez menos sexo. Los dos integrantes de una relación deben asegurarse de que el otro se sienta atractivo. Pero también es importante sentir confianza. Hay que tomarse el tiempo necesario para recordar qué fantásticos somos.
5. Sólo se tiene sexo en ocasiones especiales
Es probable que el indicio más obvio de que se está en camino a un matrimonio sin sexo sea que ya se mantengan relaciones sexuales con menor frecuencia.
Los efectos de la falta de sexo son cíclicos. Cuanto más sexo se tiene, más se quiere. En cambio, cuanto menos sexo se tiene, menos se quiere. Eso sucede porque tener sexo desencadena la producción de hormonas sexuales que nos llevan a desear tener sexo. Pero si no se tiene una vida sexual activa, cada vez se generan menos de esas hormonas, lo que reduce el deseo de tener sexo.
A veces, para tener más sexo hay que tener más sexo. De ser necesario, se pueden programar citas sexuales. Aumentar la frecuencia con que se mantienen relaciones sexuales también incrementará la frecuencia con que se quiere tener sexo, con lo cual se evitará tener un matrimonio sin sexo.
6. Uno de los dos miembros de la pareja es infiel
Es comprensible que no se sienta la motivación de hacer el amor con la propia pareja si se nos ha traicionado. Puede llevar un tiempo reconstruir la confianza que alimenta la intimidad.
Pero también puede engañarse a un cónyuge sin que eso comprenda algo físico. Si se flirtea, se comparten secretos, se pasa tiempo a solas con alguien o si alguien se viste para atraer la atención de otra persona, también se está siendo infiel al cónyuge. Hacer cualquiera de esas cosas puede llevar a una persona a no querer tener sexo con su pareja, lo cual, a su vez, también anula el deseo sexual del cónyuge.
7. No se tiene privacidad
Si los miembros de una pareja nunca tienen un momento para estar solos, es evidente que no hay oportunidades de intimidad. Podrían tener que recurrir a la creatividad para encontrar tiempo para estar a solas. Pero si no se hace de la privacidad una prioridad, se corre peligro de tener un matrimonio sin sexo.
Hay que recordar cómo era estar enamorados antes de pasar al plano físico. Hay que hacerse tiempo para hablar y salir.
Cuando una persona vuelve a sentirse atraída por su pareja, tanto en el plano mental como en el emocional, también puede volver a sentir atracción física.
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