28/12/2016/El Carabobeño/AJV
Con bromas de todo tipo que van desde cambiar el azúcar por la sal, chicles que pintan la boca, y hasta asustar a las personas, se conmemoran todos los 28 de diciembre el Día de los Santos Inocentes.
Esta tradición jocosa tiene un origen trágico: la masacre de los niños menores de dos años en Belén descrita en el evangelio de San Mateo. Con el nacimiento del nuevo Mesías, el rey Herodes temeroso de que le arrebatara su liderazgo mandó a asesinar a todos los niños para asegurarse que Jesús de Nazaret no viviera.
El rey acabó con la vida de muchos inocentes, pero ninguno fue el niño Dios.
Como una forma de recordar este infortunado episodio, comenzaron a realizarse bromas en todo el mundo donde los “inocentes” son engañados cayendo en jugarretas.
El inicio de esta tradición no está claro, algunos alegan que en la Edad Media los monaguillos celebraban esta fecha con bromas, otros creen que nació con la influencia de la Fiesta de los Locos que se realiza luego de Navidad y antes de Año Nuevo.
En Venezuela existen otras celebraciones que se llevan a cabo en la misma fecha. Varias de ellas también conmemoran la matanza de los niños.
Los Zaragozas
Esta costumbre es típica de los estados Lara y Guárico. Celebran el Día de los Santos Inocentes, pero con un significado más religioso.
Las personas se visten con trajes y máscaras multicolores. Salen a danzar desde la mañana por las calles. Incluye procesiones y oraciones. Suele llevarse imágenes alusivas a la masacre de los niños.
Representa la locura de las madres que perdieron a sus hijos
La Fiesta de Los Locos
En una tradición de los estados Mérida, Trujillo y Portuguesa. Luego de la misa, las personas se visten invirtiendo los papeles, los hombres de mujeres, mujeres de hombre, los niños de ancianos, los adultos de niños, con trajes y máscaras haciendo bromas al andar.
Los Locos de la Vela
Con desfiles callejeros, trajes especiales y máscaras, se celebra esta costumbre falconiana que hace referencia al Día de los Santos Inocentes.
La Mojiganga es el personaje más conocido de esta tradición. Viste de negro con un sombrero mientras cabalga torpemente sobre una mula y se encarga de difundir la llegada de los Locos de la Vela a la localidad.
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