06/07/2016/Mejor con salud/AJV
Hoy en nuestro espacio queremos explicarte un interesante estudio donde se nos revela qué tipo de alimentos deberíamos consumir para prevenir –en la medida de lo posible– su aparición.
En la actualidad el cáncer de mama es uno de los más frecuentes en la mujer, hasta el punto de que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 8 mujeres padecerán este tipo de enfermedad en algún momento de su vida.
Cabe señalar también que el cáncer de seno puede aparecer en el género masculino, en especial entre los hombres de 60 y 70 años. Ahora bien, su incidencia es baja: solo 1% de entre el total de personas afectadas.
Este tipo de cáncer no es de los que más mortalidad presenta. A día de hoy la esperanza de vida sigue subiendo, y son muchas las personas que han ganado esta dura batalla.
Por eso la ciencia sigue avanzando y, además de desarrollar nuevos tratamientos, más eficaces y personalizados, se sigue trabajando en el tema de la prevención.
El cáncer de mama y las bacterias
El origen del cáncer de mama, como ya sabemos, sigue siendo desconocido e imposible de predecir. El componente genético y familiar tiene cierto peso, así como determinados estilos de vida o incluso el habernos sometido o no a terapias hormonales tras la menopausia.
Nadie puede saber si va a desarrollar un cáncer de mama en un futuro. Solo la prevención y las revisiones periódicas se alzan como nuestra mejor arma, nuestros mejores aliados para hacer frente a esta enfermedad.
Ahora bien, hace solo unos días salió en los medios una interesante noticia que, sin lugar a dudas, nos puede ser de gran utilidad. Te detallamos toda la información.
Las bacterias y el cáncer de mama
La Sociedad Americana de Microbiología llevó a cabo un largo trabajo de investigación que salió hace muy poco a luz publicado en revistas como ScienceDaily o Applied and Environmental Microbiology.
El trabajo y los resultados fueron los siguientes:
Se obtuvo tejido de mama de 58 mujeres que sufrieron una mastectomía a raíz de un tumor maligno, así como de otras 50 que padecían un tumor benigno, y tejido de otras 23 que, tras operaciones de cirugía estética, se ofrecieron a donar muestras de sus mamas para la investigación.
Los microbiólogos tenían como objetivo estudiar la presencia de las bacterias en cada uno de estos tejidos para averiguar si existía alguna diferencia de interés entre ellos.
La investigación estaba liderada por el profesor Gregor Reid, de la Universidad de Ontario (Canadá) quien descubrió que las mujeres que atravesaban en esos momentos un cáncer de mama tenían una presencia notable de las bacterias Escherichia Coli y la Staphylococcus epidermidis.
Estas dos bacterias nocivas lo que hacen es promover la rotura y una serie de fallos en ciertas cadenas de ADN, y evitan que el oxígeno llegue a las células, induciendo así la aparición de los tumores malignos.
Cabe señalar, eso sí, que la presencia de estas bacterias no provoca al 100% que suframos un cáncer de mama. Promueve, eso sí, un mayor riesgo para que lo desarrollemos.
Si además contamos con antecedentes o somos fumadoras el peligro se eleva.
Los probióticos para luchar contra las bacterias nocivas que aumentan el riesgo de cáncer de mama
A muchos puede que nos sorprenda este dato, pero debemos tener en cuenta que los pechos también disponen de su propia flora bacteriana, una compleja e importante “microvida” que cumple su importante función en el interior de los senos.
La propuesta de los científicos es clara y esperanzadora. Un modo de prevenir e incluso de luchar frente al cáncer es protegiendo el sistema inmunitario y diseñando antibióticos específicos para ese tipo de bacterias precursoras del cáncer de mama.
Asimismo, es necesario también que elevemos nuestro consumo en probióticos.
Los responsables de este estudio han demostrado que algo tan sencillo como incluir en nuestra dieta este tipo de alimentos puede combatir de forma muy efectiva este tipo de microorganismos nocivos.
Así pues, te recomendamos que mejores tu alimentación de la siguiente forma, con el fin de fortalecer la flora natural de los senos:
Incluye en tu desayuno una taza de yogur blanco natural con frutas.
Consume una onza diaria de chocolate negro.
Una vez al día, te sentará muy bien consumir una o dos cucharadas (25-50 g) de kéfir.
El chucrut o col fermentada también es muy beneficioso.
La sopa de miso es muy recomendable (además de sabrosa).
Entre las bebidas naturales que puedes consumir está el té de kombucha.
Mantén una dieta equilibrada baja en grasas, sin olvidar nunca mantener una adecuada higiene, lavándote las manos con asiduidad y lavando a su vez, cada alimento fresco que consumas.
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