14/03/2016/esa.int
El programa espacial ExoMars 2016 comenzó con el lanzamiento del cohete ruso Protón desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán.
A las 09.31 GMT de este lunes se ha lanzado desde el cosmódromo de Baikonur el cohete ruso Protón con el satélite Trace Gas Orbiter (TGO) y la sonda espacial Schiaparelli a bordo. Esta misión representa la primera etapa del programa ExoMars, realizada por la Agencia Espacial Europea (ESA) junto con la Agencia Espacial Federal Rusa (Roscosmos).
La agencia rusa Roscosmos ha confirmado que se ha completado sin problemas la separación del cohete, pero aún será necesario esperar hasta las 21.00 GMT de este lunes para confirmar que la nave se encuentra en la órbita adecuada para viajar a Marte. «Estamos camino a Marte. Excelente», ha declarado el director general de la ESA, Jan Woerner.
El satélite se situará en la órbita de Marte el 16 de octubre de 2016 y la sonda Schiaparelli aterrizará en la superficie del Planeta Rojo. El satélite es una nave dotada con paneles solares y equipada con cuatro instrumentos científicos: dos aportados por la ESA y dos por Roscosmos.
La sonda Schiaparelli está equipada con sensores para medir el viento, la humedad, la presión atmosférica y la temperatura. Pero su misión principal será poner a prueba la tecnología de aterrizaje que la ESA necesita para enviar su todoterreno a Marte a partir de 2018.
El satélite TGO, por su parte, estudiará los gases de la atmósfera de Marte a una altitud de hasta 400 kilómetros. Este análisis debe ayudar a establecer la procedencia del metano, detectado en Marte en varias misiones de la NASA.
Actualmente, los científicos estiman que el metano, que puede ser considerado una de las pruebas de vida en el Planeta Rojo, puede ser de origen tanto biológico (microbios primitivos) como geológico (ligado a una posible presencia de agua líquida bajo la superficie marciana).
ExoMars es un proyecto desarrollado por la Agencia Espacial Europea (AEU) junto con la Agencia Espacial Federal Rusa para enviar un orbitador a Marte, un aterrizador fijo y dos róvers exploradores. Se ha lanzado desde el cosmódromo de Baikonur con el objetivo de buscar posible vida en Marte, tanto en el pasado como en el presente.
«ExoMars 2018 está realmente abriendo un nuevo capítulo en la exploración de Marte. Por primera vez se investigará no solo en superficie, sino también en profundidad. En las misiones anteriores solo se exploró a una profundidad de cinco centímetros y ahora excavaremos hasta dos metros. Esto es muy importante ya que nos dará una mejor oportunidad para encontrar posibles evidencias de si hubo vida en el planeta», explicó Jorge Vago, uno de los científicos de la AEU del proyecto ExoMars.
Por primera vez se investigará no solo en la superficie, sino también en la profundidad
El representante de la AEU en Rusia, Rene Pischel, explicó a RT que esta expedición se compone de dos misiones. En la primera etapa el trabajo se centra en recabar datos e información.
Con ese fin se cuenta con tecnología avanzada en equipos de medición para estudiar el ambiente del lugar de descenso y obtener todo tipo de información hasta que sus baterías se agoten. Cada dato que se obtenga será analizado en detalle para poder encontrar cualquier indicio que permita conocer un poco más lo que sucede fuera de la Tierra.
La fase dos del proyecto se activará en 2018, cuando el vehículo rodante perfore la superficie de Marte con un taladro capaz de explorar la superficie en una profundidad de dos metros.
«Somos capaces de utilizar esa tecnología para aterrizar y poner un vehículo en Marte, algo que, por supuesto, es un desafío muy difícil. Estamos muy emocionados por sacarlo adelante», comentó Pischel, que valoró el esfuerzo de cooperación. «Estamos trabajando con Rusia y es un esfuerzo interesante para sacar adelante este tipo de grandes proyectos juntos», concluyó.
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