19/08/2025/Victor Gómez, El Crepuscular/wikipedia.org/sensorautomotriz.com
De las carreteras clandestinas al estrellato internacional
En la pequeña ciudad de Tōmi, Nagano, Japón, nació el 30 de enero de 1956 un piloto que transformaría la técnica de derrape en un espectáculo global. Keiichi Tsuchiya, apodado “Drift King”, perfeccionó sus habilidades en carreras callejeras antes de dar el salto a los circuitos profesionales.
Una carrera forjada en la pasión por el riesgo
Tsuchiya debutó en 1977 en la categoría Fuji Freshman, pero su reputación creció gracias a vídeos caseros que mostraban sus derrapes imposibles. A diferencia de muchos colegas que contaban con apoyos económicos, él pulió su estilo en la escena underground y luego compitió en la Fórmula 3 Japonesa y el Campeonato Japonés de Turismos, al volante de coches de Grupo A como el Ford Sierra RS Cosworth y el legendario Nissan Skyline GT-R.
Logros y victorias que forjaron un mito
Ganador de su clase en las 24 Horas de Le Mans de 1995 (GT2) y 1999 (LMGTP).
Subcampeón del All Japan Grand Touring Car Championship (JGTC) en 2001, con tres victorias de etapa.
Retiro oficial de la competición en 2003, dejando un legado imborrable en el automovilismo japonés y mundial.
Todos estos éxitos cimentaron su posición como figura icónica más allá del drifting competitivo.
Inspiración y legado cultural
El estilo poco ortodoxo de Tsuchiya inspiró directamente la popular serie de manga y anime Initial D, donde ejerció como consultor para las escenas de conducción y el diseño de sonido. En el cine hollywoodense, hizo un cameo no acreditado en The Fast and the Furious: Tokyo Drift y supervisó las acrobacias en moto y coche, llevando su sello al gran público.
Más allá del volante
Además de su faceta como piloto, Tsuchiya ha sido comentarista invitado en Fórmula 1 para Fuji Television y embajador de marcas como Toyota y Nissan en eventos de automovilismo extremo. Hoy, a sus 69 años, sigue promoviendo el drifting como deporte y arte de conducción, impartiendo seminarios y apariciones en festivales de motor.
Keiichi Tsuchiya no solo cambió la forma de entender el derrape: consolidó una cultura que trasciende las pistas y conecta con entusiastas del automóvil en todo el planeta. Su historia demuestra que un derrape bien ejecutado puede convertirse en una nueva forma de trazar el futuro del automovilismo.
Deja una respuesta