El Crepuscular

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La vedette Diosa Canales endiosada

20/06/2017/Aquilino José Mata/ EDC/EA

Una de las peores demostraciones de ejercicio del periodismo en la pequeña pantalla, la vimos en una entrevista que en la más reciente edición del programa “Sábado en la noche”, de Globovisión, le hicieron a la vedette Diosa Canales, supuestamente para que aclarara lo sucedido en el incidente que tuvo en un gimnasio del Centro Lido con la animadora de “Portada’s”, Osmariel Villalobos.

Como se ha informado abundantemente, Diosa supuestamente habría agredido a golpes y arañazos a Osmariel, dejándola no muy bien parada que digamos, a juzgar por las fotografías de ésta, publicadas en la prensa y las redes sociales, en donde luce evidentes signos de violencia en su rostro, el pecho, una mano y las piernas.

Diosa Canales, más que aclarar los hechos, se dedicó afanosamente a oscurecerlos, relatando supuestos desencuentros que en el pasado habría tenido con Villalobos, pero que aparentemente no guardaban relación con lo sucedido, o por lo menos nunca puntualizó claramente una causa que permitiera llegar a esta conclusión.

Todo se limitó a una sarta de vagas justificaciones expresadas con un lenguaje inconexo, casi cantinflérico, que ninguna de sus tres entrevistadoras logró reconducir adecuadamente apoyándose en las consabidas repreguntas o llamados a concretar el origen del incidente, a los cuales cualquier periodista con experiencia o cabal conocimiento del oficio hubiese apelado para que Diosa divagara menos y se ajustara más al objeto de la “primicia” televisiva.

Fue, a no dudarlo, un desperdicio informativo en toda regla. El trío de anfitrionas quedó literalmente rebasado por las peripecias verbales de la invitada, quien acompañada de su pareja, un rapero llamado Sigiloso, y adoptando una actitud que pretendía que la vieran como una campeona de la paz y la concordia, aprovechó la oportunidad que tan complaciente entrevista le ofrecía para lograrlo.

Ataviada con un traje que cubría completamente su escultural anatomía, sin mostrar ni un milímetro de sus generosos encantos, recalcó que ella había sido la agredida y que también resultó golpeada, sin que ninguna de las entrevistadoras le dijera que dónde estaban sus heridas, pues no se veían por ninguna parte. Increíble, pero cierto.

Lo que sí hicieron las conductoras de “Sábado en la noche” fue apelar a la necesidad de que la violencia en cualquiera de sus formas, así como la intolerancia, deben ser valores a rescatar en los difíciles momentos de confrontación que vive el país. Esto no es criticable para nada, lo malo es que en este programa como que no aplican mucho esta premisa, pues allí hemos visto no pocos ejemplos de lo contrario, desde discusiones entre ellas mismas dirimiendo sus diferencias (algo que francamente no interesa a los televidentes), hasta la más reciente, cuando se dedicaron a descalificar a la periodista Rebeca Moreno, quien para más señas fue la fundadora y primera ancla de este programa en su mejor época, y hoy se dedica a hacer televisión y a su exitoso espacio diario por Unión Radio.

En fin, que en “Sábado en la noche”, además de las rebuscadas frases hechas sobre la urgencia de bajarle dos a la violencia y empatarse en una de paz y concordia, deberían también mostrar hechos que se correspondan con tales proclamas en lo que se refiere a la actuación de sus tres conductoras, pues de lo contrario, ¿dónde queda la credibilidad? Lo decimos porque este último es el valor fundamental del buen periodismo.

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