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La vida secreta de la latina más rica del mundo, la viuda Iris Fontbona

07/11/2016/El Mundo

Entre los 10 millonarios más ricos de Latinoamérica, ella es la única mujer. Más de 9.900.000.000 de euros yacen en su cuenta. Una cifra tres veces superior al patrimonio de Trump, lo que la ha llevado a convertirse en la magnate número 101 de la lista deForbes, además de la persona más acaudalada de su país, Chile. Sin embargo, allí poco saben de Iris Fontbona (74), excepto que, al perder a su marido en 2005, se transformó en una viuda muy poderosa. Pese a ello, la empresaria siempre ha mantenido un bajo perfil, con escasas apariciones en la prensa. Una actitud que le ha permitido escoger de forma selectiva sus presentaciones sociales y, por otra parte, facilitar sus constantes viajes al extranjero. Sobre todo a un principado en los Alpes, desde donde dirige y vigila las operaciones comerciales ejecutadas por sus hijos. 

Desde 2010 es ovacionada en Santiago una vez al año. Cada diciembre, frente a un público de 50.000 personas y decenas de cámaras de televisión, Fontbona entrega un millonario donativo a la fundación Teletón. Una organización benéfica que va en ayuda de la discapacidad y que la chilena se ha tomado muy en serio. Es más, durante 2015 entregó 4.500.000 euros a la obra. Un suma que le ha otorgado el reconocimiento de la nación. No obstante, nadie parece hablar de su existencia durante los 11 meses restantes. Y ella así lo prefiere. Iris, que es fervientemente católica, es todo discreción. Aunque, su familia siempre parecer ser duramente cuestionada.

Iris Balbina Fontbona González nació en 1942 y sólo con 17 años, cuando aún estudiaba en un colegio religioso, contrajo matrimonio con el empresario Andrónico Luksic Abaroa, con quien se llevaba casi 20 años de diferencia. Luksic había comenzado a engendrar su fortuna hacía seis años, cuando el consorcio Nippon Minning compró una mina de cobre que él poseía. De acuerdo con Bloomberg, los japoneses habrían confundido el precio y en vez de pagar de 500.000 pesos (690 euros) por el yacimiento, el grupo habría le habría entregado 500.000 dólares (450.000 euros). Un error que lo ayudó a comenzar con su imperio minero, uno de los más grandes de Sudamérica.

Así, Andrónico e Iris, con su espíritu más jovial, expandieron sus horizontes a sectores comola madera, el transporte marítimo, el negocio cervecero (que incluye también gaseosas y viñedos) o la banca, con la compra de más del 50% del Banco de Chile. Pero, tras la muerte del patriarca, Fontbona -junto al resto de los herederos- abrió aún más el campo de negocios con la adquisición del 70% de un canal de televisión (Canal 13) y con la inversión total en combustibles a través de la división chilena de Shell. Distintos comercios y propiedades que hoy se encuentran a cargo de la viuda, que no figura como responsable. O al menos, directamente.

A pesar de que Andrónico Luksic Craig, su hijastro, lidera la totalidad de su holding, toda decisión necesita ser evaluada por Iris antes de ser confirmada. Es por eso que, según algunos medios locales como El Mostrador-, la mesa de trabajo de Fontbona se encontraría a 12.000 kilómetros de su casa: en Liechtenstein. Desde allí controlaría la Luksburg Foundation, que agrupa a las distintas sociedades comerciales que mantienen alrededor del mundo. Es decir, a pesar que la cabecilla de los Luksic no maneja de forma tácita instituciones como la compañía minera Antofagasta PLC y o el grupo de hoteles Adriatic Luxery Hotels (en Dubrovnik), sí lidera la fundación que maneja las inversiones de estas sociedades. Asimismo, diversos portales reportan que otra fundación ligada a los Luksic, llamada Andberg Inversiones, estaría asentada en las Islas Jersey, conocidas como el paraíso fiscal británico.

Pese a la acusación anterior, Fontbona jamás se ha referido a ello. Es más, nunca ha concedido una entrevista. De eso depende conservar el bajo perfil que ha cultivado. Sin embargo, Iris goza de otra vida al otro lado del océano. De acuerdo con el periódico La Segunda, Inglaterra se habría convertido en el refugio de la familia Luksic, donde pueden pasear con tranquilidad por Belgravia, conducir un Rolls Royce e ir de compras por Mayflower. Porque, si por algo se destaca la empresaria, es por conservar una apariencia impecable e intacta… desde hace varias décadas: la cirugía estética podría haberla ayudado con la conservación de sus años o bien el hecho de mantenerse alejada de la polémica.

Durante los últimos meses, Andrónico Luksic Craig ha estado en el ojo del huracán. Primero fue acusado de utilizar sus influencias para que el Banco de Chile le concediera un millonario préstamo al hijo de la presidenta Bachelet y después fue señalado como uno de los principales responsables de un potencial desastre medioambiental. El grupo Luksic posee el 40% de las acciones de Alto Maipo, un conjunto de centrales hidroeléctricas que podrían acabar con una reserva natural en las cercanías de Santiago. A raíz de ello, el diputado Gaspar Rivas se refirió a Andrónico Jr. como «un hijo de puta» en plena sesión del congreso, a lo que él respondió con un vídeo.

«(Al referirse así) me están insultando doblemente. Tengo dos mamás. Una que murió en el año 59, cuando yo tenía cuatro años y otra que me tomó cuando tenía siete, que ha sido mi madre hasta el día de hoy, a quien quiero, respeto y adoro sobre todas las cosas», comentó en defensa de doña Iris. No obstante, la popularidad de la familia ha decaído. Aunque todo podría cambiar este 3 de diciembre, cuando Fontbona deba decidir nuevamente si abrirá su billetera para ayudar a la Teletón. Una decisión que mantendrá al público expectante, además de sus detractores, quienes esperan que no se exponga a la crisis.

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