16/05/2016/EFE/AJV
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró que «llegó la hora» y que él está «listo» para tomar las empresas que hayan sido paralizadas por sus dueños, entregársela a los trabajadores y «radicalizar la revolución».
«Yo sí estoy listo, ministros, compañeros, yo estoy listo para entregarle al poder comunal las plantas que haya parado cualquier pelucón en este país», dijo Maduro en un mitin con miles de partidarios en una calle del centro de Caracas.
El anunció estuvo enmarcado en la activación del «quinto motor» de la economía socialista, el comunal, uno de las actividades con las que el Gobierno espera recuperarse de la grave crisis económica que atraviesa el país.
«Planta parada, planta entregada al pueblo, pero vamos a hacerlo carajo, llegó la hora de hacerlo, estoy listo para radicalizar la revolución, ha llegado la hora sin vacilaciones, vacilar es perderse», dijo.
El jefe de Estado socialista indicó que el país «necesita que toda su estructura económica esté funcionando y si la burguesía la abandona, el pueblo la toma», dijo.
Maduro firmó el viernes un nuevo decreto de estado excepción y emergencia económica, al que, dijo, se le agregaron «nuevas acciones para derrotar el golpe de Estado en marcha y derrotar la guerra económica».
Esta no es la primera vez que las autoridades venezolanas advierten a los empresarios que de cesar sus operaciones los trabajadores podrán tomar las instalaciones para reactivar la producción.
Maduro hizo el mismo señalamiento el pasado 26 de abril instando a los trabajadores de sindicatos a tomar todas las plantas que hubieran paralizado sus operaciones.
El mandatario dijo entonces que cesar la producción era «un crimen grave para el país en plena emergencia».
El anunció de entonces fue hecho días después de que Empresas Polar, el mayor productor de alimentos en el país caribeño, anunciara que a finales de abril paralizaría sus operaciones de todas sus plantas de cervecería por falta de materia prima y divisas, lo que ocurrió el pasado 29 de abril.
El sector privado ha denunciado en reiteradas oportunidades que el Estado se mantiene en deuda con los proveedores internacionales lo que ha llevado a la paralización de la producción, sin embargo, las autoridades aseguran que el cese de las operaciones es un intento de los empresarios por generar desestabilización, algo que el Gobierno llama «guerra económica».
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