06/04/2017/Morales/ Informe21
La manifestación de opositores en Caracas para defender las acciones del Parlamento en contra de los magistrados del Supremo concluyó, este jueves, con varios daños materiales y casi una veintena de heridos, tras los enfrentamientos con los cuerpos de seguridad, que una vez más bloquearon la manifestación.
La actividad que pretendía ser solo una concentración, improvisó después llegar hasta la Defensoría del Pueblo para pedir allí la actuación del defensor Tarek William Saab, que además preside el Poder Ciudadano, para pedir su respaldo al proceso iniciado por la mayoría opositora del Legislativo contra los siete magistrados del Supremo.
La marcha, que concentró a miles de opositores en una de las principales vías de la capital venezolana, fue dispersada por las fuerzas de seguridad cuando intentaba cruzar el límite del municipio Libertador, asiento de los poderes públicos venezolanos y gobernado por el chavismo.
Según constató Efe, la PNB usó bombas lacrimógenas y agua en la autopista Francisco Fajardo, la principal arteria vial de Caracas, para intentar contener esta manifestación, que procedía desde el este de la capital venezolana.
El vicepresidente venezolano, Tareck el Aissami, reportó varios daños a instalaciones públicas y privadas causados por los opositores durante la manifestación.
El alcalde del municipio Chacao de Caracas, el opositor Ramón Muchacho, informó de que de la manifestación dejó al menos 19 personas heridas, la mayoría de ellas por politraumatismos, por perdigones de goma o por asfixia por gases lacrimógenos.
La protesta opositora fue replicada en otras ocho ciudades del país, según la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), sin que se conozca hasta el momento un balance de los incidentes registrados en el interior de la nación.
La alianza opositora comenzó también a recoger firmas para solicitar al Poder Ciudadano (Fiscalía, Defensoría del Pueblo, y Contraloría) que avale el proceso que activó este miércoles la mayoría antigubernamental contra los magistrados.
Por su parte, los chavistas marcharon también por miles hacia la sede del Parlamento en rechazo al procedimiento en contra de los jueces que dirigen la Sala Constitucional del máximo tribuna, que califican de «golpe parlamentario» por parte de la Cámara, ya que la Constitución venezolana requiere que el Poder Ciudadano califique con anterioridad su falta como grave para poder iniciar el proceso de destituir a los jueces.
El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido (PSUV), Diosdado Cabello, aseguró frente a centenares de partidarios que «ni con sangre» la oposición logrará un cambio en el país, en referencia a las manifestaciones de estos para respaldar el proceso contra los magistrados por el fallo que dejaba sin facultades a la Cámara, y que fue anulada poco después.
El legislador, considerado como uno de los hombre más importantes del Gobierno, afirmó que «la derecha» está llamando a la violencia, y resaltó que «el pueblo chavista no se va a mover de las calles hasta tanto (…) haya paz».
Asimismo, les pidió estar listos para pasar a «la alerta combativa cuando la derecha pase la raya y crea que va a darle un golpe de Estado a Nicolás Maduro».
En la misma actividad, el ministro de Comunas, Aristóbulo Istúriz, aseveró que el chavismo está «resteado» (dispuesto a todo) ante cualquier problema que pueda surgir en el país, al tiempo que señaló que están dispuestos a «defender» la república «con las sangres y en las calles si es necesario».
Otro de los discursos de la manifestación oficialista fue el del dirigente Freddy Bernal que respaldó la idea de Isturiz, pero que además indicó que el chavismo está apegado a la Constitución, pero «si llegara el momento de que cada hombre de este país y cada mujer tuviera que agarrar un Kaláshnikov para defender la patria de Bolívar, estoy seguro que estaríamos dispuestos».
Entretanto, el chavismo volvió a poner en la mesa supuestas pruebas de un plan violento de los opositores para tomar el Gobierno por la fuerza.
Cabello alertó en televisión nacional sobre «acciones de un golpe de Estado» de la oposición venezolana en contra de Maduro, en complicidad, según mostró, de funcionarios militares, varios de ellos presuntamente detenidos en los últimos días.
Varias grabaciones difundidas por Cabello como pruebas de esos planes contienen conversaciones entre un supuesto agente encubierto que, dijo, penetró «las células de la ultraderecha» y «detectó» a uno de los responsables de esa presunta conspiración, que se llevaría a cabo «a finales del mes de marzo».
Uno de esos supuestos responsables, el dirigente del partido socialcristiano Copei Roberto Enríquez, fue acogido desde este miércoles en «calidad de huésped» en la residencia del embajador chileno en Caracas y evalúa con sus abogados las acciones a seguir, según informó esa formación opositora. EFE
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