18/04/2016/Actualidad RT/AM
El experto hace hincapié en que la humanidad ya tiene «toda la necesaria para el interestelar», según afirma Yuri Milner, gracias a la revolución en la electrónica, que permite hacer «sistemas complicados en miniatura».
La semana pasada, el científico Stephen Hawking, el director de , Mark Zuckerberg, y el multimillonario ruso Yuri Milner anunciaron un proyecto revolucionario: planean lanzar miles de naves espaciales miniaturizadas rumbo al sistema estelar Centauri con el fin de alcanzar un planeta habitado por vida alienígena en los próximos 20 años. En su nuevo artículo para el portal Slon, el analista Borislav Kozlovski examina las dificultades con las que se va a encontrar esa iniciativa y las probabilidades que tiene de triunfar.
Así, el plan indica que «no volarán los cosmonautas, ni siquiera satélites artificiales como New Horizons», sino miles de pequeñas sondas. Cada uno de estos vehículos tendrá «el tamaño de un sello de correos, pesará alrededor de un gramo y no costará más que un iPhone», resalta Borislav Kozlovski.
No todo es tan fácil: problemas que hay que resolver
«Si todo es tan fácil y barato, ¿por qué no se ha hecho antes? ¿Qué impidió organizar un lanzamiento de prueba hace una década» —aunque fuera con «uno o dos dispositivos»— y no a un lugar tan lejano, «sino a Marte, a la velocidad que alcanza una simple sonda interplanetaria?», se pregunta este columnista.
Kozlovski explica que, para llevar a cabo el proyecto, «vamos a tener que aprender a utilizar lo que ya inventamos hace mucho tiempo». Por ejemplo, en el sitio web Breakthrough Prize ya ha aparecido una lista con problemas de ingeniería que hay que resolver en primer lugar.
Uno de los impedimentos es la transmisión de gran cantidad de electricidad por las líneas de transmisión de energía y, aunque normelmente ningún físico definiría que es «un problema científico fundamental», ahora «de esto depende cuándo volaremos hacia las estrellas», comenta este columnista.
Para Kozlovski, el desafío no solo consiste en alcanzar un sistema estelar cercano, sino también «mostrarnos cómo es», con lo cual otro problema existencial será la manera de enviar las imágenes.
De momento, el plan es que cada aeronave disponga de un chip transmisor con una potencia de un vatio, mientras que para recibir la señal se tendrá que organizar un gran matriz de radiotelescopios.
No todo es tan difícil: problemas que no hay que resolver
Por otro lado, este experto indica que muchos de los «problemas clásicos» que se deben solucionar antes de lanzar un satélite común pasan a un segundo plano.
Así, al ser una misión no tripulada, «el paso a través de los cinturones de radiación no es tan preocupante» ni es necesario «duplicar varias veces todos todos los módulos críticos para evitar «sorpresas poco probables» debido a que, aunque 9 de cada 10 unidades no cumplan su cometido no significará el fracaso de la misión, opina Kozlovski.
«Lanzar un iPhone al espacio»
Para finalizar, Borislav Kozlovski observa que el proyecto Starshot pone en duda la tradición de «desarrollar dispositivos altamente fiables para el espacio» y destaca que la financiación del proyecto corre a cargo de personas que ganaron su fortuna gracias a Internet —como Milner y Zuckerberg—, quienes «quieren lanzar al espacio algo como un iPhone» y, si una de las naves se rompe, «es más fácil y menos costoso producir otra que repararla».
[staff_social]
Deja una respuesta