23/03/2016/Forbes/PS
Hay después del despido, de verdad. Eso sí, hay que saber sobrellevarlo. Lo peor que puedes hacer es hundirte. Aquí te damos algunos consejos para que un despido laboral no te parezca el fin del mundo. Esperamos que no tengas que echar de ellos, pero por si acaso, aquí están.
No pongas mala , aguanta el . No sigas el ejemplo de la «becaria legendaria» de la canción homónima de Dúo Divergente, que le pinchó las ruedas al jefe y no la volvieron a ver. No quemes puentes, sé educado ante todo y desahógate después con los tuyos. Y trata de no cuchichear sobre el despido con los compañeros que se quedan.
Pide referencias. Si el despido no ha sido por ninguna causa por la que tengas que agachar la cabeza, pide referencias. Una vez que hayan pasado un par de días y ya no te queden más lágrimas o demasiada ira dentro, escribe un correo explicando que lamentas la situación y solicitando referencias de cara a tu inminente búsqueda de empleo.
Sincérate contigo mismo. Una vez que se te haya pasado el disgusto, trata de analizar objetivamente la situación. No te defiendas injustificadamente, piensa qué hiciste mal o qué podrías haber hecho mejor. Sé honesto contigo mismo y trata de mejorar de cara a futuros empleos.
Cuidado con los acuerdos. No firmes cualquier cosa, porque puedes estar perdiendo dinero o el derecho a cualquier reclamación legal posterior. Lee con detenimiento y si lo necesitas, consulta con un abogado tus dudas.
Date de alta como desempleado. Si tienes derecho a una prestación por desempleo, cuanto antes comiences a percibirla, más tarde tendrás que empezar a echar mano únicamente de tus ahorros. Y si no llevas lo suficiente cotizado como para percibir una prestación, existen otros beneficios como los las ofertas formativas.
Renueva tu currículum y tus metas. Desempolva tu currículum, rehazlo y piensa bien a dónde quieres enviarlo y por qué. Si quieres reorientar tu carrera, es el momento de hacerlo, nunca es tarde y ahora tienes todo el tiempo del mundo para buscar nuevas oportunidades de hacer lo que te gusta.
Aprovecha para hacer todo aquello para lo que no tenías tiempo. Volver a estudiar, retomar las clases de idiomas, ir al médico a mirarte ese dolor de espalda tan molesto, hacer esa escapada de fin de semana pendiente… Aprovecha el tiempo libre al 100%, que nunca se sabe lo que puede durar.
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