19/07/2016/Clarín/SG
Cuando las horas de descanso disminuyen por algún trastorno del sueño, el metabolismo hormonal y el funcionamiento del cerebro se alteran. Mira lo que le ocurre a tus células.
Cuando el sueño falta, el metabolismo se altera muchísimo. Lo primero que ocurre es un cambio hormonal, porque la alteración que ocurre en el cerebro desencadena la estimulación de la hormona del stress, denominada cortisol. Esta hormona tiene un poder enorme sobre todo nuestro metabolismo que afecta cada una de nuestras células.
Esto afecta directamente el cerebro y a los neurotransmisores y la consecuencia última es la muerte neuronal, pasando antes por estados ansiedad y depresión.
Cuando el sueño esta alterado, el cortisol produce un aumento de azúcar en la sangre (sin haber comido nada) porque fuerza al hígado a que libere los depósitos de glucógeno, en forma de azúcar. Esto lo podemos ver en las personas diabéticas, que cuando tienen alterado su sueño, aunque hagan ayuno, mantienen glucosas altas en su sangre, debido a que se libera glucosa desde el hígado. Por otro lado, el cortisol, a nivel de la grasa, tiene la facultad de aumentar su recambio: por un lado la degrada y por el otro lado la reubica. La remueve desde las extremidades, desde las caderas y la coloca nuevamente en la parte de la cintura y en la parte superior de la espalda.
Además, el cortisol alto deteriora la síntesis de proteínas y las degrada, por esto se comienza a debilitar el pelo y se produce su caida. Por la misma razón, también disminuye la síntesis del musculo, generando atrofia muscular. Esto se agrava por el sedentarismo que ocasiona la fatiga crónica de las personas insomnes, que les impide hacer ejercicio. Los músculos se van aquietando y se van reemplazando en su estructura por tejido adiposo. Así se va perdiendo la masa muscular de brazos y de piernas.
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