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Qué sucede con los bolívares que entran y salen de Cúcuta

23/07/2016/Semana

Carmen Tarazona llora de alegría. No es porque haya recibido una buena noticia o haya ganado un premio. Su felicidad es porque logró pasar el cerco que hay desde hace casi un año en la frontera entre Colombia y Venezuela. Con voz entrecortada y las lágrimas rodando por su rostro, ella aseguró que era uno de los días más felices de su vida porque está en Cúcuta y podrá comprar algunas de las cosas que no consigue en San Cristóbal (Táchira, Venezuela), donde ha vivido casi toda su vida.

La mujer, con casi 60 años a cuestas, le contó a Semana.com que trajo 20.000 bolívares fuertes para comprar los productos de la canasta básica, pero lo que no sabía era que ese dinero le alcanzará para muy pocas cosas, pues aquí sólo tendrá 50.000 pesos al cambio.

Como ella, miles de venezolanos han pasado la frontera a la fuerza o porque ambos gobiernos lo han acordado. Pero siempre se llevan la sorpresa de que su dinero en el país no tiene mucho valor, pues un bolívar fuerte equivale a 2,5 pesos colombianos.

Camilo, uno de los 304 cambistas autorizados por la DIAN y que pidió no ser identificado plenamente, sostuvo que esos miles de venezolanos que vienen a la capital de Norte de Santander traen una gran cantidad de bolívares fuertes, que no representan mayor valor al otro lado del paso limítrofe. “La gente cree que vienen con bastante plata, pero la verdad es que lo máximo que llega a cambiar un venezolano son 100.000 pesos que, en últimas, no significan nada. Por eso muchas casas de cambio prefieren no abrir los fines de semana, cuando se da el paso desmesurado de venezolanos”, señaló el cambista.

Mira: La odisea venezolana por conseguir alimentos

Añadió: “Por eso no se debe creer que acá tenemos represados bolívares fuertes, ese mismo dinero que entra en el mercado cambiario va saliendo poco a poco. Así como entra, sale. Muestra de eso es que el precio del cambio no baja ni sube, desde hace algún tiempo estamos comprando bolívares fuertes a 2,5 pesos y vendiendo a 2,6 pesos. Todo depende de lo que se vende o compra por ventanilla”.

Juan Fernando González, presidente de la Asociación de Cambistas de Moneda Extranjera (Asocambios), manifestó que el movimiento masivo de venezolanos ha ayudado a reactivar el mercado cambiario, que estaba trabajando a media marcha desde el cierre de la frontera. “Analizando esa llegada masiva de venezolanos hemos visto que muchas casas de cambio no abrieron los días que se dieron esos movimientos de personas. Son muy pocas las que lo hicieron. No hemos tenido una retención importante de bolívares fuertes y eso nos tiene tranquilos, pues de ser así, créame que el precio del cambio hubiese caído y sería preocupante. Pero no, seguimos estables”, dijo el representante de Asocambios.

¿A dónde fue?

Aunque estos dos cambistas están tranquilos y confiados por el movimiento cambiario, hay otras personas que si están alarmadas por lo que está sucediendo, pues la llegada de más de 120.000 venezolanos en solo dos días tuvo que haber dejado muchos bolívares fuertes sueltos en Cúcuta y el área metropolitana. Pero ¿a dónde fue a parar ese dinero?

Semana.com conoció que parte de esas divisas venezolanas son usadas para hacer transferencias bancarias de manera informal, pues hay casas de cambio que tienen cuentas en bancos venezolanos, y muchos cucuteños las buscan para enviar plata a sus familiares que están al otro lado de la frontera.

Carlos Luna, presidente de la Cámara de Comercio de Cúcuta, señaló que en las reuniones que han sostenido con los gobiernos de Colombia y Venezuela han solicitado involucrar el tema de las operaciones cambiarias legales en la balanza comercial “porque eso habilita y recupera todo el tema cambiario en la frontera”. “Pero los bancos centrales son los que deben autorizar esas operaciones de pagos y cobros en bolívares fuertes y pesos colombianos. Ellos deben entender lo que se quiere de la nueva frontera para que sea una oportunidad comercial”, indicó Luna.

Muchos establecimientos comerciales también han decidido recibir bolívares a los venezolanos que llegan afanosamente a comprarles, aunque el cambio en estos sitios es muy bajo, nada comparado con las casas de cambio legalmente establecidas.

Pese a toda esta situación, Carmen Tarazona logró hacer un pequeño mercado que, según ella, le durará para 15 días, mientras vuelve a buscar dinero para regresar a Cúcuta y seguir abasteciéndose, sin importar que a este lado de la frontera los precios sean más altos.

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