15/04/2016/AFP/AJV
Los venezolanos están viendo reducidos los servicios de telefonía de larga distancia internacional y televisión paga, por deudas de las operadoras con proveedores internacionales, a lo que se suma el deterioro en la oferta de .
Al igual que otros sectores, el de telecomunicaciones soporta los embates de la sequía de dólares por el desplome de los precios del petróleo, generador del 96% de las divisas del país y que son monopolio del gobierno, que las asigna a los privados.
Entre bienes y servicios, la deuda del Estado con los operadores -que promedia dos años- ronda los 700 millones de dólares, necesarios para que éstos honren obligaciones con proveedores del , según la de Empresas de Servicios de Telecomunicaciones (Casetel).
Debido a ello, la multinacional española Telefónica, una de las más grandes empresas de la industria, suspenderá «temporalmente» desde esta semana los servicios de larga distancia internacional (LDI) para llamadas a países como Estados Unidos, España, México, Italia, Brasil, Colombia y Panamá.
Por su parte, la compañía de telefonía móvil Digitel, también privada, cesó provisionalmente los servicios de LDI y roaming internacional el 9 de abril ante la «imposibilidad» de llegar a acuerdos con sus proveedores para obtener nuevos plazos de pago.
Pero no solo la telefonía está afectada. La operadora estatal Cantv, que ofrece televisión por cable, se encuentra en «revisión de los contratos con proveedores de contenidos nacionales e internacionales», lo que impacta la grilla de programación.
Subir las tarifas –
La difícil coyuntura es reconocida por el ente regulador, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), que la atribuye a la «drástica reducción del presupuesto de divisas».
Según el gobierno, los ingresos petroleros pasaron de 37.200 millones de dólares en 2014 a 12.567 millones el año pasado. Y se estima que las deudas comerciales del país ascienden a 12.500 millones de dólares.
Ante esta situación, las empresas reclaman un ajuste de sus tarifas.
De acuerdo con fuentes de la industria, a Movistar (Telefónica) se le autorizó en 2014 un aumento de los precios de 35% frente a una inflación de 68%; mientras que en 2015 se le permitió un alza de 35%, frente a una inflación de 181,2%.
Un plan básico de televisión por cable, telefonía fija e Internet inalámbrico, por ejemplo, puede costar 1.100 bolívares (unos 3,54 dólares a la tasa de libre flotación y menos de un dólar a la del paralelo).
– «Demanda explosiva» –
Pese a ello, los operadores privados recibieron entre febrero y marzo la negativa de Conatel de aumentar los precios, un ajuste que consideran impostergable frente al alza de los costos de proveedores -tras una devaluación del 37% decretada en febrero- y la voraz inflación.
La deudas y los rezagos en las tarifas también afectan las inversiones requeridas por el sector -estimadas en unos 1.000 millones de dólares al año- y en consecuencia la cobertura y calidad de los servicios.
A la par, hay una «explosiva demanda» de planes de telefonía celular e Internet móvil estimulada entre otros por los bajos precios, que la industria no está en condiciones de atender por las menores inversiones, según Casetel.
Así, «se prevé la saturación de las redes de los operadores», lo que «originará una afectación de la prestación de servicios», advierte el gremio en un reciente informe.
Venezuela es uno de los países de América Latina que más consume datos móviles.
El país tiene siete millones de suscriptores de televisión por cable y satelital (65% de penetración), unos 30 millones de líneas móviles (99,19%) y 62% de penetración de Internet (en 2015 se sumaron 2,1 millones más de suscriptores llevando la cifra a 16,4 millones de usuarios), de acuerdo con Conatel.
En tanto, hay siete millones de suscriptores de telefonía fija.
Los problemas con estos servicios se suman a las penurias que enfrentan los venezolanos por la aguda escasez de alimentos y medicinas -agravada por la sequía de dólares- en medio de una contracción económica de 5,7% en 2015.
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