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¿Sabías que la ira reprimida daña el hígado?

04/09/2016/El Periodiquito/LR

Según la medicina tradicional china, las emociones bloqueadas afectan a nuestros órganos. En el caso de la ira reprimida, las consecuencias las sufre el hígado.

En este artículo te explicamos esta sorprendente perspectiva, así como algunos remedios para equilibrar el hígado de manera natural.

¿Cómo nos afectan las emociones?

Cada día sentimos emociones de todo tipo, negativas y positivas, a modo de reacción ante las situaciones que vivimos en familia, en el trabajo, etc.

Sin embargo, aquellas personas que las sufren a menudo o de manera intensa, como un rasgo de su personalidad o bien por una etapa difícil que estén viviendo, corren el riesgo de sufrir sus consecuencias a nivel físico.

Las emociones que nos pueden afectar son las siguientes:

Alegría, cuando es exagerada: corazón.

Ira: hígado.

Preocupaciones, obsesiones: bazo.

Tristeza: pulmón.

Miedo: riñón.

Estas consecuencias cristalizan en nuestra salud física y dan pie a malestares y dolores que, a la larga, se convierten en enfermedades crónicas. El desequilibrio de cualquier órgano provoca una desarmonía que afectará al resto.

Hay personas sensibles que sienten cómo la ira reprimida les causa una opresión en el pecho o incluso un ardor. Estas sensaciones son las que, poco a poco, van afectando a nuestro hígado, causando un bloqueo de energía que le impide realizar su función de manera correcta.

Muchas personas, sin embargo, dicen no padecer esa ira, porque la tienen tan reprimida que no son conscientes de ella. Hay muchas otras emociones negativas que se pueden englobar en esta misma categoría:

Resentimiento.

Frustración.

Irritabilidad.

Amargura.

Rencor.

Ansiedad

Las primeras pistas

Si hemos empezado a sufrir alguna de estas molestias o trastornos, debemos saber que están relacionados con el hígado y, por lo tanto, con la ira reprimida:

Mala digestión de las grasas.

Insomnio entre la 1 y las 3 de la madrugada.

Dolor bajo las costillas del lado derecho o, a la misma altura, en el lado derecho de la espalda.

Problemas de vista.

Patas de gallo

Color amarillento de la piel.

Manchas oscuras en el rostro.

Debemos tener en cuenta que en los problemas de hígado también influyen la genética, los malos hábitos, el estrés, etc.

No obstante, cuando señalamos a la genética también es importante darnos cuenta de hasta qué punto no estamos copiando los malos hábitos y la personalidad de nuestros familiares.

Tomar conciencia

El primer paso para tratar cualquier problema de salud de manera holística es tomar conciencia del origen del trastorno, así como todos los factores que influyen en él.

En este caso es fundamental aprender a detectar nuestras reacciones emocionales, tanto si las exteriorizamos como si las bloqueamos.

La ira reprimida es difícil de descubrir hasta que nos damos cuenta de que es un punto débil para nuestra salud. Desde ese momento podemos estar más atentos a las situaciones que vivimos cada día y que nos provocan esa reacción de disgusto.

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