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Cómo se capturó la escalofriante foto de los trabajadores colgando a 240 metros de altura

07/12/2017/gizmodo / MF

Seguramente has visto la instantánea en algún sitio. En un documental, en un libro, en una recopilación de capturas en Internet o en alguna tienda a la venta en formato poster. Sin embargo, muy pocos conocen la historia real detrás de esta fotografía que desafiaba a la muerte. Había un pequeño truco.

Para empezar, hay varias ideas equivocadas acerca de lo que vemos. La primera de todas y la más repetida: que la tomó Lewis Hine en 1932 en el Empire State Building cuando lo estaban construyendo. Sin embargo, no es correcto.

Efectivamente, se tomó en 1932, exactamente el 20 de septiembre, durante el apogeo de la Gran Depresión. Posteriormente, la imagen fue publicada por primera vez en el New York Herald-Tribune el 2 de octubre de 1932. ¿Su ubicación? El 30 Rockefeller Center.

Mucha gente pensaba que fue Hine en el Empire State Building porque efectivamente se encontraba por esas fechas documentando la construcción del mítico rascacielos, tal y como vemos en la imagen superior. Además, se pueden observar similitudes por la época y ambas construcciones.

Entonces, ¿quién fue? No se sabe con certeza, algunos piensan que fue Charles C. Ebbet, pero el New York Times publicó un reportaje hace un tiempo y llegó a la conclusión de que nadie lo sabía. En cualquier caso, Ebbets era una opción bastante lógica: fue nombrado Director Fotográfico para el desarrollo del Rockefeller Center en 1932, el mismo año en que se tomó la emblemática instantánea.

Sea como fuere, los archivos del Rockefeller denominan al fotógrafo de la famosa imagen como “Desconocido”, y quien quiera que fuera tuvo que desafiar a la muerte para hacerla, al igual que los trabajadores que quedaron inmortalizados.

En la foto de arriba se puede observar cómo el fotógrafo tuvo que llevar las placas de vidrio para la cámara en una funda de cuero en la espalda. Eso significaba cambiarlas mientras se paraba a cientos de metros del suelo sobre una ridícula viga de acero. Un trabajo no apto para personas con vértigo.

Se sabe con certeza que fue tomada en el piso 69 del edificio a 240 metros de altura, hacia el final de su construcción. Además, y aquí está el pequeño “truco” que muchos no conocen, aunque aquel día tuvo que resultar peligroso, la captura de la mítica imagen no era tan arriesgada como se podía suponer, ya que unos metros más abajo tenían un piso completamente terminado.

Obviamente, no hay nada casual en la instantánea. Los trabajadores actúan como si almorzaran cada día con las mejores vistas de la ciudad, pero en realidad la imagen fue una puesta en escena para promocionar propiedades inmobiliarias.

Por tanto, estos tipos arriesgaron sus vidas para ganar un dinero extra para sus familias en un momento donde la economía hacía estragos. Once valientes de los aproximadamente 250.000 que participaron en algún aspecto de la construcción del legendario Rockefeller Center.

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