24/04/2025/Victor Gomez, El Crepuscular/El Impulso/EFE
La madrugada del miércoles 23 de abril, un terremoto de magnitud 6,2 estremeció la ciudad de Estambul, despertando a sus habitantes con temor y precaución. El epicentro se localizó en el mar de Mármara, a unos 20 kilómetros al sur del distrito de Silivri, y el sismo se produjo a una profundidad de 6,9 kilómetros, según datos oficiales.
A pesar de la intensidad del movimiento telúrico, las autoridades confirmaron que no se han registrado daños significativos ni víctimas mortales. Infraestructuras clave, como carreteras, aeropuertos y líneas de metro, permanecen operativas. Minutos después del evento principal, se sintieron réplicas menores, incluida una de magnitud 4,4.
Estambul, situada en una región de alta actividad sísmica, enfrenta regularmente este tipo de eventos. No obstante, la población mantiene un constante temor ante la posibilidad de un «gran temblor» que podría tener consecuencias devastadoras.
Los equipos de emergencia y las autoridades locales continúan monitoreando la situación, asegurando la tranquilidad de los ciudadanos y preparándose para cualquier eventualidad. El incidente sirve como recordatorio de la importancia de la prevención y la preparación ante desastres naturales en esta ciudad histórica.
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