30/08/2016/Rumbos Digital/PS
Según la investigación, los canes procesan las palabras con el hemisferio izquierdo del cerebro e interpretan los tonos con el derecho, igual que nosotros. ¡Y hay más datos curiosos!
No solamente entienden lo que les decimos sino cómo se lo decimos. A esa conclusión llegó un estudio científico realizado por el neurólogo Attila Andics en la Universidad Eotvos Lorand de Budapest, publicado en la revista Science.
Según parece, los perros identifican si se los está felicitando o retando porque relacionan las palabras con el tono con el que se enuncian. No producen el mismo efecto las palabras sin sentido dichas en tono alentador o las palabras significativas dichas en tono neutro.
«El cerebro del perro registra lo que decimos y cómo lo decimos», sostiene Andics.
El investigador explicó que el tono que utilizamos trabaja de manera similar en muchas especies. Por ejemplo, la emoción siempre se expresa con una voz fuerte.
Además, las personas usamos palabras comunes cuando nos dirigimos hacia las mascotas: «buen chico» o «bien hecho», son algunas frases que el neurólogo destaca. «Lo que descubrimos fue realmente sorprendente. Los perros prestan atención tanto a las palabras como a la entonación», señala.
¿VAMOS A PASEAR?
A su vez, Andics asegura que la capacidad mental para procesar el lenguaje evolucionó antes de lo que se había creído en un principio, y que lo que hace única la comunicación humana es la invención de palabras.
«Las capacidades neurales de procesar palabras, que muchos creían que eran propias del ser humano, en realidad se ven en otras especies», explicó el investigador. «Esto indica que el gran cambio que permitió a los seres humanos ser capaces de usar palabras no fue un gran cambio en la capacidad neural», amplió.
«Si bien otras especies probablemente tienen la capacidad mental de comprender el lenguaje, esto es difícil de someter a prueba debido su falta de interés en el lenguaje humano», contó Andics. El perro es un animal domesticado, comparte su vida con los humanos desde hace miles de años, por tal motivo, presta mayor atención a lo que se le dice y cómo.
Para realizar la investigación, los científicos entrenaron 13 perros que se mantuvieron inmóviles durante siete minutos, mientras les realizaron una resonancia cerebral. Allí midieron la actividad cerebral de cada can al escuchar las palabras de su entrenador.
Para que ningún amante de los perros se enoje, Andics explicó que los animales examinados estuvieron despiertos, sueltos y felices, y que “participaron voluntariamente”.
A su vez, la investigación demostró que cuando una persona los elogia se activa el “sistema de recompensa”, la misma región cerebral que se activa ante estímulos placenteros como la comida, el sexo o las caricias.
«El elogio solo funciona como gratificación si la entonación es acorde con el significado», concluye Andics.
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