15/03/2017/Mariángela Velásquez/ Yahoo/ER
La escena de un par de jovencitas «perreando» (haciendo twerking) sobre un féretro, que ha escandalizado las redes sociales en los últimos días, es el resultado de la banalización de la muerte en los ritos funerarios de las barriadas pobres de Venezuela.
Videos grabados con cámaras celulares muestran a una joven con las piernas completamente abiertas sobre una urna marrón, que menea su pelvis al ritmo de la canción Tumba la Casa Mami del reguetonero puertorriqueño, Alexio La Bestia.
Unas placas de metal, que normalmente se usan para cargar el ataúd en hombros, sirvieron para que la delgada muchacha de diminuta falda blanca apoyara firmemente los pies y contorsionara con fuerza su cuerpo.
Una mujer de camisa celeste, que parece de más edad, le levanta la minifalda y le propina nalgadas desde un costado, pero la bailarina lejos de desanimarse continúa con más bríos su festejo.
Poco después se le une otra doliente vestida con unos ceñidos pantalones de algodón azul, quien frota sus genitales sobre la tapa de la urna. Las mujeres son empapadas con cerveza y agua por otros asistentes al servicio fúnebre a cielo abierto.
La periodista de sucesos Jenny Oropeza informó en su cuenta de Twitter que el video fue grabado en el Barrio La Toma en La Guairita, zona popular ubicada en el este de Caracas, Venezuela. Sin embargo, otros usuarios de redes sociales aseguran que el hecho ocurrió en la ciudad de San Mateo, en el estado Aragua, y otros afirman que fue en República Dominicana.
La banalización de la muerte
El sociólogo venezolano Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), explicó que lo que observamos en el video es una banalización de la muerte como consecuencia de la devaluación de la vida en Venezuela.
“Esa pudiera ser una despedida de soltero, y es lo que nos parece, y no un velorio, porque el respeto por la muerte no existe”, declaró el experto.
“En los pasados 18 años hemos tenido 283 mil homicidios, muertes violentas por delincuentes o por la policía, pero muertes. Es una generación que creció de la mano de la muerte, y en su juventud y precariedad han desarrollado un hedonismo y una instantaneidad de la existencia, de su goce efímero, que sorprende a los mayores”.
Briceño León opinó que se trata de la bacanal después de la peste. “Mañana serán otros los que caen, mientras tanto hay que ‘perrearles’ en la cara, como quizás le gustaba en vida, aunque esté muerto, aunque sólo sea frente a la madera”.
Las estadísticas del OVV señalan que en las primeras nueve semanas del 2017 en Venezuela se han cometido 35.000 delitos y en 2016 hubo 28.479 muertes violentas. Del total de personas asesinadas durante los 18 años de la Revolución Bolivariana, unas 237 mil, o el 84%, habitaban las barriadas populares y el 91% eran hombres jóvenes de entre 15 y 20 años.
Briceño León puntualizó que todo rito funerario trata de exorcizar el dolor y acompañar el pasaje a la otra vida y al olvido. Pero en el caso del video Cuando se nos muere Brayan, el significado cambia porque no hay respeto sino un exceso de hedonismo. “Las nalgadas, el levantarle la falda, es el placer de la sexualidad”.
Añadió que en los velorios de las barriadas de Caracas y las ciudades del eje norte de Venezuela, en los barrios de Guarenas a Valencia, son comunes la música, la bebida, las piruetas en las motos y también los disparos, como hacen los militares con sus salvas.
[staff_social]
Deja una respuesta