14/10/2025/Victor Gómez, El Crepuscular/tv azteca/el país/el heraldo/ecuavisa/the conversation
En un rincón oscuro del cielo, más allá de la órbita de Marte, un objeto helado avanza silenciosamente hacia el Sol. Su nombre técnico es 3I/ATLAS, pero para los astrónomos representa mucho más que una simple roca espacial: es el tercer objeto interestelar jamás detectado, y su estudio podría cambiar lo que sabemos sobre los orígenes de nuestro sistema solar… y de la galaxia misma.
¿Qué es 3I/ATLAS?
Detectado por primera vez en 2023 por el proyecto ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System), este cometa llamó la atención por su trayectoria hiperbólica, lo que indica que no está ligado gravitacionalmente al Sol. En otras palabras: viene de fuera del sistema solar.
A diferencia de sus predecesores el enigmático ‘Oumuamua (1I) y el cometa 2I/Borísov, 3I/ATLAS presenta una actividad cometaria intensa, con una cola visible y emisiones de gas que lo hacen más fácil de estudiar.
El misterio de su origen
Uno de los aspectos más intrigantes de 3I/ATLAS es su composición química. Según datos espectroscópicos obtenidos por telescopios en Hawái y Chile, el cometa contiene proporciones inusuales de carbono y nitrógeno, lo que sugiere que se formó en un entorno muy diferente al de los cometas del sistema solar.
Un estudio reciente del Instituto Max Planck propone que 3I/ATLAS podría provenir del disco grueso de la Vía Láctea, una región antigua y poco explorada. Si esto se confirma, estaríamos ante una reliquia de los primeros días de la galaxia, viajando por el espacio desde hace miles de millones de años.
Observaciones desde Marte
La Agencia Espacial Europea (ESA) logró un hito histórico al capturar imágenes del cometa desde la órbita de Marte, utilizando la sonda ExoMars Trace Gas Orbiter. Estas imágenes no solo confirmaron su naturaleza cometaria, sino que también permitieron descartar teorías más especulativas, como la posibilidad de que se tratara de una sonda artificial.
¿Es peligroso?
No. Aunque su paso por el sistema solar interior lo acercará al Sol en octubre de 2025, su trayectoria lo mantendrá a más de 370 millones de kilómetros de la Tierra. Sin embargo, su brillo podría aumentar lo suficiente como para ser visible con telescopios medianos, ofreciendo una oportunidad única para astrónomos aficionados.
¿Por qué importa?
Cada objeto interestelar que nos visita es una cápsula del tiempo cósmica. Nos permite estudiar materiales que se formaron en otros sistemas estelares, bajo condiciones distintas a las del Sol. En el caso de 3I/ATLAS, su tamaño (unos 11 km de diámetro) y su actividad lo convierten en un laboratorio natural para entender cómo se forman y evolucionan los cometas en otras partes de la galaxia.
Conclusión
3I/ATLAS no es solo un visitante fugaz. Es un mensajero de otros mundos, una oportunidad para mirar más allá de nuestro vecindario cósmico y preguntarnos: ¿cuántos más como él hay allá afuera? ¿Y qué secretos traen consigo?
jalalive
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