31/10/2016/El Confidencial/AM
Si quieres sentir el máximo placer posible, suspende tus prejuicios y prueba con estos ocho consejos de K. Aleisha Fetters para ‘Men’s Health’.
Ocho horas parece mucho, incluso para dormir. Hace poco, el escritor Sánchez Dragó daba justo la misma cifra cuando aseguraba que a sus 70 años sigue en plena forma sexual. Exagere o no en el tiempo exacto, su explicación tiene interés y está relacionada con las claves de esta pequeña guía: él se encuentra, en sus palabras, «envuelto en una historia de amor».
Está claro que el buen sexo no es algo que se pueda controlar por completo, sino más bien algo que le sucede a uno. Nos vemos «envueltos», superados y a la vez libres de una forma difícil de experimentar fuera de la cama. Pero, y esta es otra clave, sí podemos hacer ciertas cosas para encontrarnos receptivos y eliminar obstáculos que se interponen entre las ocupaciones diarias y las experiencias enriquecedoras con las que soñamos. Vivimos pegados al reloj, y esas noches en las que el tiempo se para son lo más cercano que podemos experimentar a ciertos éxtasis religiosos, o al vaciar la mente de la meditación oriental.
Si quieres sentir el máximo placer posible, suspende tus prejuicios y prueba con estos ocho consejos de K. Aleisha Fetters para ‘Men’s Health’.
1. Abandona tus expectativas
Eso es. No decimos, como en la serie de Larry David, que contengas tu entusiasmo, el entusiasmo es bueno. Simplemente se trata de que no intentes adelantarte a tus deseos. No te obsesiones con lo que el sexo tendría que ser. Lo importante no son las horas, sino perder la noción del tiempo.
¿Cómo se hace eso? Poniendo en solfa toda la ficción y todos los consejos que te hagan sentir acomplejado, competitivo o reprimido. Todos los que te digan cómo tienes que comportarte por ser mujer, o por ser hombre. No caer en comparaciones, ni con Dragó, ni con Sting (otro tántrico público) ni con las sexólogas que publicitan sus cursos sobre cómo alcanzar una eyaculación femenina impresionante.
Barbara Carrellas, autora de ‘Urban Tantra: Sacred Sex for the Twenty-First Century’, dice que nuestro placer no tiene ninguna posibilidad cuando nos ahogamos en comparaciones y modelos cerrados sobre lo que tenemos que sentir y a qué velocidad tenemos que sentirlo.
2. Conoce tu cuerpo
Cuanto más te conozcas, más conectado te sentirás con tu ‘yo interior’ y más fácil será adaptarte a lo que tu pareja requiere de ti durante el sexo, según explica Elsbeth Meuth, directora del centro TantraNova Institute en Chicago.
Por eso explorar el propio cuerpo no debe estar reñido nunca con las vivencias en pareja, son experiencias que se complementan mutuamente. Te ayudará a entender mejor lo que quieres y a usar tus zonas erógenas para el placer de los dos.
3. Ante todo, mucha calma
No tenemos nada en contra de ‘uno rapidito’ de vez en cuando, entre otras cosas porque, con ciertos horarios, no hay otra manera de hacerlo, pero intenta crear algunos oasis de intimidad y desconéctate del mundo un buen rato.
Uno de los consejos de Barnaby B. Barratt, psicoterapeuta, en su libro sobre el tema ‘What Is Tantric Practice?’ aconseja una técnica concreta: ralentizar el coito bajando el ritmo unas diez veces más de lo normal. Donde antes había treinta embestidas, probad a que sean tres. ¿Parece aburrido y loco? ¿Cómo lo sabes si no lo has hecho nunca?
Si lo has hecho, nos callamos. Si no, hazlo y dinos, pero ya te adelantamos: a menos velocidad, más se amplifica cada sensación.
4. Excita tus sentidos
El sexo no es solo lo que tenemos entre las piernas, ni las zonas que censura Facebook. Carrellas, mencionada al principio de este texto, propone «crear una experiencia completamente sensual». Baja las luces, añade el artículo; moja fresas en chocolate, pon sábanas delicadas…
Agasaja todos tus sentidos, no solo la vista y el tacto y no solo por medio del cuerpo de tu pareja.
5. Abre los ojos
Mira a la otra persona, y también a los ojos. Una de las ventajas de una luz tenue y acariciadora es que ayuda a perder la inhibición que surge a veces con quien más nos gusta. Sigue tu ritmo: seguramente cuando empieces a sentirte mejor con el otro te saldrá natural mirarle más directamente.
Una mirada intensa puede ser lo más sexy de la noche, aunque, como dice Carrellas, «puede ser raro al principio, sobre todo si nunca le has mirado a la distancia de un beso». No estás haciendo el amor con un cuerpo, o sí pero el cuerpo contiene totalmente a la otra persona.
¿Cómo se consigue eso de sentirse uno con el propio cuerpo y con el del otro? Lee el siguiente consejo.
6. Concéntrate
Los pensamientos alejados del aquí y el ahora son bromuro y el otro lo nota siempre. Tómate un momento para dedicarte totalmente a lo que estás haciendo, porque distraerte compromete la conexión de la que todo depende: «Cuando notes que te despistas, fíjate en lo que estás sintiendo y experimentando en ese momento».
Imagina que el mundo no existe. Fíjate en lo caliente que está su brazo, en la textura de su pelo, en su olor… y limita la tecnología. Según un estudio de Harris Interactive, un alarmante número de personas llegan a mirar sus móviles durante el acto: una de cada cinco. Algo estamos haciendo muy mal en la cama… o muy bien en internet.
7. Valora a tu pareja
Quizá pienses en aquella letra de Enrique Iglesias sobre «una experiencia religiosa» si te decimos que el sexo tántrico anima a que adores a tu pareja. No hace falta llegar a tant(r)o, pero es muy poco probable que tengas el mejor coito de tu vida con alguien que te atrae de entrada pero con quien no te entiendes.
No te despistes con lo que la sociedad considera sexy a la hora de vender coches o cosméticos. La forma de ser es al menos tan importante como la belleza. Habla con la otra persona, apóyala, piensa en todo lo que hace por ti y agradece lo que te da. Expresar gratitud está directamente relacionado con el placer sexual, según un estudio con 77 parejas.
8. Redefine el sexo
El amor y el sexo no suceden solo en el dormitorio. Cedemos la palabra a Northrup: «No importa cuánto dure el acto sexual, el deseo de conectar permanece. Así que expande tu definición de sexo. No se trata solo de genitales, ni de orgasmo. Puede ser juego previo, masajes, abrazos, flirteos… todo lo que da fuerza a tu energía sexual».
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