13/02/2016/Reuters
Esta bebida psicoactiva usada tradicionalmente en los rituales religiosos en Amazonia y declarada patrimonio cultural de Brasil y Perú atrae cada vez más la atención de los científicos.
Ayahuasca o Yagé, la poción tradicionalmente usada por diferentes pueblos amazónicos en sus rituales religiosos, atrae la atención desde hace décadas de escritores y científicos que intentan comprobar si con ella se puede paliar la depresión o incluso el alcoholismo.
Algunas personas que padecen estas enfermedades afirman que la experiencia sicodélica provocada por la bebida los curó, si bien las evidencias científicas parecen mucho menos claras. Estas propiedades estarían presentes en los elementos psicoactivos que se pueden extraer de los alcaloides de la liana Banisteriopsis caapi, a partir de la que se prepara la bebida.
Perú considera la ayahuasca como patrimonio cultural. En Rusia y Europa está estrictamente prohibida, mientras que EE.UU. reconoce su uso en las ceremonias religiosas de ciertos cultos, como en las iglesias brasileñas de Santo Daime y União do Vegetal. De hecho, es en Brasil donde la ayahuasca fue legalizada por sus usos religiosos ya en los años 80, y donde más investigaciones científicas centra, informa la revista Motherboard, que reunió varios testimonios de aquellos que ‘se curaron’ con Yagé, así como de científicos.
Por ejemplo, en 2015 la revista ‘Nature‘ publicó datos sobre dos estudios de los efectos de la ayahuasca. Uno de ellos, a cargo de investigadores brasileños liderados por Jaime Hallak, de la Universidad de São Paulo, concluye que una única dosis de la poción preparada por Santo Daime reduce en hasta un 82% los síntomas de depresión, como las ideas suicida, entre los pacientes de distinta gravedad, y que su efecto permanece durante al menos tres semanas.
«Creo que ayahuasca se convertirá en una gran fuente para tratar la adicción al alcoholismo»
No obstante, los científicos reconocen que su estudio, que llevaron a cabo solo entre 6 voluntarios, no fue controlado con el uso de placebo, es decir, que no se establecieron comparaciones entre pacientes que tomaron ayahuasca y aquellos que tomaron un placebo. Eso es importante, ya que el efecto de placebo suele ser muy fuerte entre las personas deprimidas, siendo probable que lo que ‘curó’ a los voluntarios fuera el hecho de saber que estaban tomando la poción y no el efecto de sus elementos psicoactivos.
Llama la atención que el único efecto secundario que registró el estudio fueran fuertes vómitos en la mitad de los voluntarios bajo la influencia de la poción. Eso la diferencia de todos los medicamente antidepresivos que existen hoy en día y cuyo uso presenta una serie de consecuencias negativas, empezando con la adicción, sin mencionar las semanas que tardan antes de tener efecto terapéutico en los pacientes.
Otro estudio de científicos brasileños publicado por la revista ‘Physiology and Behaviour‘ el pasado mes de abril mostró resultados prometedores en ratones adictos al alcohol. «Creo que la ayahuasca se convertirá en una gran fuente para tratar la adicción al alcoholismo en próximas décadas», cita la revista Motherboard al líder de autores del estudio, Alexandre Justo de Oliveira-Lima, de la Universidad Estatal de Santa Cruz.
Obviamente, aún se requiere una mayor experimentación con más voluntarios, más control y más estudio con animales; algo que científicos internacionales, ante todo brasileños, de varias instituciones, como del Instituto del cerebro de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte o de Universidad Estatal de Campinas, llevan a cabo en la actualidad.
Además, los expertos aun deben descartar el riesgo de que la ayahuasca pueda provocar desgloses psicóticos entre pacientes en vez de curarlos.
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