Burevéstnik: el misil ruso que promete volar alrededor del mundo

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26/10/2025/Victor Gómez, El Crepuscular/los primeros tv/el mundo/el periódico/pulzo/

En una era marcada por tensiones geopolíticas y avances tecnológicos sin precedentes, Rusia ha vuelto a sacudir el tablero estratégico global con el anuncio de una nueva prueba exitosa de su misil de crucero con propulsión nuclear: el Burevéstnik.

El presidente Vladimir Putin lo dijo sin rodeos: “Tiene un alcance muy grande. Puede volar alrededor del mundo y dar varias vueltas”. La frase, pronunciada con la habitual mezcla de frialdad y desafío, resume el espíritu de un arma que, según el Kremlin, redefine los límites de la disuasión nuclear.

¿Qué es el Burevéstnik?

Conocido en la OTAN como SSC-X-9 Skyfall, el Burevéstnik es un misil de crucero de largo alcance impulsado por un pequeño reactor nuclear. A diferencia de los misiles convencionales, que dependen de combustible limitado, este sistema puede mantenerse en vuelo durante horas e incluso días, maniobrando para evitar radares y sistemas antimisiles.

Según fuentes del Ministerio de Defensa ruso, el misil recientemente completó un vuelo de 14.000 kilómetros en casi 15 horas, demostrando su capacidad para alcanzar cualquier punto del planeta desde territorio ruso.

Riesgos y controversias

El desarrollo del Burevéstnik no ha estado exento de polémica. En 2019, una explosión durante una prueba en el mar Blanco dejó varios científicos muertos y generó una nube radiactiva que alarmó a países vecinos. Organismos internacionales han expresado preocupación por los riesgos ambientales y de proliferación que implica un misil con reactor nuclear activo.

“Estamos ante un arma que no solo desafía los tratados de control de armamento, sino que plantea interrogantes éticos y ecológicos de gran calado”, advirtió un experto del Instituto de Estudios Estratégicos de Estocolmo.

Un mensaje al mundo

El anuncio del Burevéstnik llega en un momento de creciente tensión entre Rusia y Occidente, en medio del conflicto prolongado en Ucrania, sanciones económicas y una nueva carrera armamentista tecnológica. Para Moscú, el misil no solo es un avance militar, sino un símbolo de soberanía y poderío frente a lo que considera una amenaza existencial de la OTAN.

¿Qué sigue?

Aunque el Burevéstnik aún no ha sido desplegado oficialmente, su sola existencia ya ha alterado los cálculos estratégicos globales. Estados Unidos y sus aliados observan con cautela, mientras analistas debaten si el equilibrio del terror ha entrado en una nueva fase: la de los misiles eternos.

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