15/02/2016/pixabay.com
El crecimiento económico se ralentiza no solo en China, sino también en EE.UU., y crece el riesgo de que este país vuelva a provocar una recesión casi global igual que en 2008.
Los inversores en todo el mundo temen por su futuro y no es un miedo irracional, publica el portal ruso Vesti Finance, añadiendo que este miedo es provocado por los siguientes cinco factores.
¿A los bancos centrales no les queda solución?
En 2008, los reguladores de los países desarrollados salvaron al mundo del colapso financiero total gracias a la política de expansión cuantitativa (QE) y las tasas de interés cero, que en aquel entonces eran unos instrumentos innovadores. La Reserva Federal logró aportar liquidez a los mercados y descongeló los mercados de crédito.
Poco antes de la primera subida de la tasa de interés, que se mantuvo en cero más de 7 años, el dólar comenzó a crecer, derrumbando las materias primas y los mercados en desarrollo, de modo que ahora los bancos centrales están desesperados por encontrar nuevos mecanismos para acelerar la inflación y el crecimiento económico. En los países desarrollados, las tasas de interés ya están en cero. Inflar los balances de activos y recurrir a la QE se hace cada vez más difícil, mientras que las tasas negativas tampoco satisfacen al mercado. «Los inversores tienen serias preocupaciones de que los bancos centrales no pueden más», concluye el portal.
La caída desenfrenada del precio del petróleo
En dos años, los precios del petróleo han perdido más del 75 por ciento. Los países productores se ven obligados a recortar los presupuestos, mientras que las compañías reducen los salarios y el personal. No obstante, el problema de oferta excesiva continúa. Los expertos afirman que el mercado de acciones no tiene que pasar inmediatamente al crecimiento, sino que sería suficiente que se forme un fondo en base al cual se podrían planear las inversiones en valores. Sin embargo, según los últimos datos, incluso los niveles de 26-28 dólares por barril pueden no ser el mínimo.
Preocupaciones por China
El crecimiento del PIB en China no llegó al 7 por ciento y las autoridades admiten la posibilidad de una ralentización mayor. Sin embargo, la principal preocupación está relacionada con la devaluación del yuan. Para que la moneda no caiga demasiado rápido, el regulador se ve obligado a recurrir a la intervención, de modo que las reservas de divisas de China están en su nivel mínimo de los últimos tres años. Mientras tanto, el dinero lo puede necesitar para solucionar otros problemas. Los expertos opinan que en el mercado de los bonos corporativos y municipales de China se está inflando una enorme burbuja.
La recesión en EE.UU. y el riesgo de una recesión global
El crecimiento económico se ralentiza también en EE.UU., donde se trata de una recesión industrial. También aparecen señales de ralentización en el sector de los servicios, que constituye la base de la economía de EE.UU. De este modo, crece el riesgo de que EE.UU. vuelva a provocar una recesión casi global como en 2008. Es probable que los reguladores tengan que financiar unos paquetes de ayuda multimillonarios directamente a las compañías, como en la crisis anterior, ya que las tasas de interés y otros instrumentos del mercado financiero ya no ayudan.
Nueva crisis financiera en la UE
Tan solo esta semana las cotizaciones de los bancos europeos han caído un 10 por ciento, mientras que la caída total desde principios de año es del 30 por ciento. El peligro principal proviene del Deutsche Bank, cuya posición en el mercado de derivados, según distintas estimaciones, varía entre 65 hasta 75 billones de dólares con un capital propio de tan solo 60.000 millones. Algunos expertos ya califican esta relación de una «locura» comparándola con el tristemente conocido Lehman Brothers.
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