03/02/2016/REUTERS/Kai Pfaffenbach
Se espera que la producción en EE.UU. se reduzca en 620.000 barriles por día, lo que directamente hará subir los precios.
Algunos analistas dejaron de asustar a los inversores con las expectativas de nuevas reducciones en los precios del petróleo y ahora esperan un crecimiento de 15 dólares para el final del año 2016. Bloomberg ha compilado la media de 17 pronósticos que señalan que el precio del petróleo WTI tendría un costo de alrededor de 46 dólares por barril, mientras que el Brent estaría sobre 48 dólares. Además, se espera que la producción en EE.UU. se reduzca en 620.000 barriles por día, o un 7%, según un informe de la Administración de Información de Energía del país. Sin embargo, la Agencia Internacional de Energía espera que la producción de petróleo en los países que no forman parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se reducirá en 600.000 barriles por día.
Esta disminución de la producción será el principal motor de crecimiento de los precios del oro negro, opina ‘Vesti Finance‘. Además, lo confirman muchos bancos internacionales, como Citigroup, UBS y Societe Generale. Con relación al tema, un experto de Goldman Sachs estima que el último trimestre del 2016, la producción en EE.UU. caería hasta 8,49 millones de barriles por día.
Así, el pasado 20 de enero, el precio del WTI se desplomó hasta los 26,55 dólares, su mínimo en casi 13 años, mientras que el Brent europeo cerró en 27,88 dólares y el barril de la OPEP cotizaba a 23,85 dólares. Esto fue seguido por un rebote, que fue la consecuencia de las expectativas de posibles recortes de producción de la OPEP y Rusia, aunque se destaca la disminución diaria de tal probabilidad.
Los precios baratos en el sector petrolero tienen su repercusión en las economías de Occidente. En los últimos cinco años todo el mundo ha estado acostumbrado a un lento crecimiento económico y a los altos precios del petróleo. Así, su caída causó la quiebra de numerosas empresas y llevaría a la economía mundial a una gran recesión. Las dificultades de los países petroleros se han reflejado de manera negativa en los planes de inversión en el sector de la energía. Así, el año pasado sus inversiones se redujeron el 20%. La sobreabundancia de hidrocarburos lógicamente llevó a una caída en la demanda de alternativas, incluidos los recursos de energía renovable. Asimismo, desapareció el dinero barato, con el cual los exportadores no sabían qué hacer, y por lo tanto invertían en una variedad de proyectos por toda Europa.
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