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El primer Bolívar que llegó a Venezuela

24/11/2024/Luis Alberto Perozo Padua, El Impulso

Desde el siglo XVII gozó la familia Bolívar de una renta que podía llamarse brillante en América. Los primogénitos obtuvieron el empleo de Alférez Real, destino concedido siempre a las primeras familias de la nación

Simón de Bolibar, había nacido el 5 de marzo de 1532, en la puebla de Bolívar, Villa de Marquina, con asiento en las tierras de Vizcaya. Frente a la iglesia de aquella villa, aun descansa la casa original Bolíbar-Jauregui donde vivieron hasta el siglo XIX.

Los Bolibar fueron expulsados en el siglo XI, tras un enfrentamiento contra los obispos de Armentia, por el mantenimiento de los fueros, y acusados de intervenir en el asesinato del obispo Don García.

Inciso: En la etimología del apellido se extrae del euskera, idioma original de Vizcaya, que Bolu significa molino, e ibar significa orilla. Aproximándose al significado tendríamos «molino de agua».

Conocido como el viejo

 

 

La historiografía lo conoce como Simón el viejo por ser el primer Bolívar en venir a América. Su nombre sería Simón Ochoa de Bolíbar, hijo de Martín Ochoa de Bolívar-Jáuregui y la Rementería, antepasado de gran valía histórica dentro de la familia; y su madre Magdalena de Bolívar e Ibargüen.

Nacido en América

Cuando contaba con veinticinco años de edad, viaja a América entre 1557 y 1559, llegando a La Española (hoy República Dominicana y Haití) con el cargo de secretario de cámara de la Real Audiencia y Cancillería; permaneció allí casi 30 años. Casó con la dominicana doña Ana Hernández de Castro en 1568.

De aquella unión conyugal nació en 1569, Simón Bolívar Hernández, apodado el mozo o el joven, quien sería el cuarto abuelo y primer Bolívar nacido en América. Ya viudo, Simón el viejo, viajó a Venezuela acompañado de su hijo Simón Bolívar el mozo, que ya tenía veinte años.

 

 

Para 1589 la ciudad de Caracas nombrará a Simón de Bolívar procurador General en la Corte, y se le recomendó además la defensa de los derechos municipales de aquella ciudad. El Rey lo designó Regidor perpetuo de Caracas y Oficial Real de la provincia.

Con estos títulos, el primer Bolívar llegado a América se propuso conseguir que Venezuela exportara -en forma legal- mercancías a España, lo que contribuyó notablemente al desarrollo local. En ese interín legal, Simón el viejo decidió adaptar la “V” en remplazo por la “B” del apellido: en lo adelante firmará Simón de Bolívar.

Encomiendas ante la Corona

Bolívar el viejo entendía muy bien el sentido aristocrático de la vida y poseía una indeclinable vocación de servicio, siempre dispuesto a defender la soberanía española de Venezuela y la prosperidad de Caracas.

 

 

En su condición de procurador general, es enviado por el capitán General Diego de Osorio a España a presentarse ante Felipe II con varios encargos.

Regresa dos años después con la autorización para la fundación de un seminario (el Tridentino de Santa Rosa) génesis de la futura Real y Pontificia Universidad de Caracas; así como la concesión de un escudo de armas y el título de Muy Noble Leal Ciudad para Santiago de León de Caracas; la suspensión de la orden de obligar a los indios a realizar trabajos forzados y credenciales para comprar 3.000 esclavos en África, con licencia para poder vender algunos en otras partes de América. Así como privilegios para el Ayuntamiento de Caracas.

Con estas gestiones ante la corona, Simón el viejo, Se convertía así en el segundo hombre de más importancia en la Capitanía, logrando así que Caracas fuera la capital de la Provincia de Venezuela.

Gracias a el viejo fue creado el Convento de los Dominicos en la esquina San Jacinto, frente a la casona donde nacerá Simón Bolívar, el Libertador de América.

 

 

Desde 1593 se desempeñó como contador General de la Real Hacienda, hasta su destitución en 1606 cuando Sancho de Alquiza, gobernador de la Provincia de Venezuela, quien era considerado un gobernante «duro«, lo encarceló a él y a muchos otros, tras acusarlos de no pagar sus impuestos. También lo vinculó al contrabando. El encarcelamiento, sin embargo, lo cumplió en la casa del gobernador, ya que la cárcel en estos momentos, en realidad, aún no existía.

En 1612, García Girón, nuevo gobernador, revertirá las decisiones de Alquiza, pero el «el viejo» fallecerá en Santiago de León el 9 de marzo de ese año.

Cómo lo veían

 

 

Así describen las escrituras de la época al primer Bolívar llegado a América: Contador de la Provincia de Venezuela, natural de la villa de Marquina, hijo de Martín Ochoa de Ardanza y de doña Magdalena de Bolívar, de más de 50 años de edad, no casado en estos reinos ni sujeto a religión ni matrimonio, pequeño de cuerpo, trigueño de color, cano: licencia para que pueda volver a la Provincia de Venezuela de donde vino, en virtud de una cédula de S. M. que presentó en esta Casa [de la contratación de las Indias], y que pueda llevar dos criados que trujo de ella y dos sobrinos suyos. En la nao [a cargo del] maestre Pedro de Alango. 18 enero III-138 v. y 5245, No 39.

Simón de Bolívar el mozo

Su hijo, Simón de Bolívar el mozo, se desposó en 1592, con la señorita Beatriz Díaz de Rojas, quien era la hija mayor del conquistador Alonso Díaz Moreno, natural de Olalla-España, fundador de La Nueva Valencia del Rey; y de Doña Ana de Rojas.

De su unión con Beatriz nacieron Luisa en 1592, y Antonio en 1596, tatarabuelos paternos, primeros con el apellido Bolívar que nacieron en Venezuela.

Simón el mozo era defensor a ultranza de los indígenas, obteniendo en 1593 una encomienda de indios en los valles de Aragua y tierras ubicadas al lado de la encomienda, las cuales permitieron a sus descendientes fundar la hacienda de caña dulce en San Mateo.

Al fallecer Beatriz, Simón ingresó en la vida eclesiástica: fue nombrado comisionado del Santo Oficio en Valencia y Visitador General de Obispado, con la responsabilidad de fijar las construcciones de los templos en los Valles de Aragua.

Alcalde de Caracas

El capitán de Milicias Antonio de Bolívar y Rojas, encomendero de San Mateo y de Cagua, alcalde de la Hermandad, corregidor y justicia mayor de los valles de Aragua, y nieto de Simón de Bolívar el mozo, se unió en matrimonio con Leonor Rebolledo Maldonado de Almendáriz, en Caracas el 20 de febrero de 1622. De esta unión nació Luis de Bolívar y Rebolledo, en Caracas el 22 de febrero de 1627.

Entretanto, Luis de Bolívar y Rebolledo alcanzó el grado de capitán de infantería, y gracias a sus conocimientos de estrategia militar logró identificar la necesidad de fortificar el puerto de La Guaira; ruta indispensable para el comercio y las comunicaciones entre la corona española y la Colonia.

El 8 de mayo de 1667 contribuyó con 1.000 pesos para sus reparaciones y remodelaciones. Ocupó cargos políticos como alcalde de Caracas, corregidor y justicia mayor de los Valles de Aragua.

Desciende del fundador de Barquisimeto

Contraerá nupcias con Doña María Martínez de Villegas y Ladrón de Guevara, oriunda también de una de las familias más rancias y nobles de las cercanías de Burgos. Su tatarabuelo, el capitán general Juan de Villegas, comandante de Coro después de los alemanes delegados de los Welser, fue también el fundador de la ciudad Nuestra Señora de la Concepción y la Nueva Segovia de Barquisimeto en 1552.

Luis de Bolívar y María Martínez de Villegas procrearán a Luis José de Bolívar y Martínez de Villegas (1661-1694) y Juan de Bolívar y Martínez de Villegas (1665-1729), este último, con el grado de teniente coronel destacó en la defensa de La Guaira en contra de los piratas y contrabandistas. Fue alcalde y gobernador interino de Caracas, procurador General de la Provincia de Venezuela, teniente de gobernador y Justicia Mayor de los Valles de Aragua y Turmero, corregidor de San José, San Mateo y Cagua, fundó la Villa de San Luís de Cura por Real Cédula en 1722.

Juan de Bolívar y Martínez de Villegas contrajo matrimonio por segunda vez con doña Petronila de Ponte Andrade y Marín de Narváez (abuelos maternos de Simón Bolívar el Libertador), en Caracas el 8 de enero de 1711.

Esta dama era heredera de las minas y el señorío de Aroa, concedidas por el rey al abuelo de ésta, Francisco María Narváez, en 1663. Esta vasta herencia como también el derecho vitalicio a ejercer jurisdicción civil y criminal en San Luís de Cura pasa a manos de su hijo don Juan Vicente de Bolívar y Ponte, quien será el padre del futuro Libertador de América.

El marqués de San Luis

Juan de Bolívar y Martínez de Villegas, nieto de Simón de Bolívar el mozo, inició una tarea que no podrá concretar: obtener el título de marquesado de San Luis.

Para aquella época la corona española, que se encontraba en ruina por la excesiva burocracia y la explotación improductiva de recursos, decidió vender títulos de otorgamiento nobiliario.

Juan de Bolívar supo que el título de Marqués de San Luis estaba a la venta por 22.000 doblones de oro y, de forma inmediata, decidió ofertar por su compra. La familia Bolívar, que ahora amasaban una gran fortuna, bien podían permitirse ese tipo de lujos.

No obstante, para conseguir un título nobiliario era necesario más que una gran fortuna, pues las riquezas no aseguraban del todo una posición reconocida en la alta sociedad.

Realizadas las gestiones de rigor, la corona evaluó la pureza de sangre del comprador, notando la presencia de un miembro incompatible para concretar la venta del título: Josefa Marín de Narváez, bisabuela del Libertador, e hija de Francisco Marín de Narváez.

Existe la duda de quién fue la madre, y hay quienes aseguran que la unión de Francisco fue cuando estaba en el lecho de muerte, pero este hecho seguirá persiguiendo a la familia, incluso hasta el día de hoy. Este suceso manchará el apellido de los Bolívar y llegará a provocar rechazo de la sociedad mantuana hacia el Libertador, a quien en ocasiones lo denominarán de «Zambo», un insulto para aquel tiempo.

Pero Juan de Bolívar y Villegas no pudo concretar los trámites para obtener los Reales Despachos al título de Castilla de marqués de San Luis, y el Vizcondado previo de Cocorote, pues lo encontró la muerte en 1729.

Desde el siglo XVII gozó la familia Bolívar de una renta que podía llamarse brillante en América. Los primogénitos obtuvieron el empleo de Alférez Real, destino concedido siempre a las primeras familias de la nación.

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista especializado en crónicas históricas
luisalbertoperozopadua@gmail.com
En las redes sociales: @LuisPerozoPadua

 

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