01/01/2017/EFE / LR
Nueve especies desconocidas para la ciencia, además del registro de 2.200 especies terrestres y acuáticas en la selva del Bajo Urubamba, han sido reportadas por el Programa de Monitoreo de la Biodiversidad (PMB), que financia la petrolera Pluspetrol en la zona donde opera el yacimiento de gas de Camisea.
Este valle en la selva sur peruana ha sido poco estudiado y el programa «ha logrado identificar prácticamente todas las especies que están presentes» en el lugar, declaró a Efe la jefa de Medio Ambiente de la multinacional argentina Pluspetrol, Elena Mendoza.
Los estudios desarrollados por un equipo de 185 científicos en los últimos 12 años, agregaron «un numero importante de especies
en la lista de flora y fauna para el Bajo Urubamba, que puede ser comparable con el Manu», dijo Mendoza en alusión al cercano Parque Nacional del Manu, uno de los más ricos en biodiversidad del mundo.
Agregó que el programa ha aportado «hallazgos muy puntuales de nuevas especies que siguen todo un protocolo con instituciones para su reconocimiento como tal».
Entre los hallazgos hay seis especies de insectos, tres del orden Diptera Stilobezzia (s.) merceri, Stilobezzia(s.) williamsi y Paryphoconus peruvianus, y tres del orden Heteroptera Cuscohoplininus pagoreni, Pterovianaida gen. n. y Pterovianaida melchiori sp. n.
También se ha contribuido con información para la validación de dos nuevas especies de aves, Cnipodectes superrufus y Cacicus Koepckeae, además de un tipo de rana Eleutherodactylus tantani.
Dado que en esa zona de tupida vegetación no hay carreteras y todo el movimiento es por río, es una región con alta conservación de sus recursos, indicó la experta.
Por su parte, el gerente de Medio Ambiente de la empresa, Fabricio Niquen, señaló que hay especies amenazadas en otras regiones, pero que abundan en el Bajo Urubamba, «lo que da una idea de que el ambiente está en buen estado de conservación».
Niquen contó que han instalado cámaras-trampa en el bosque para tomar fotografías a los animales que transitan por la zona y son difíciles de encontrar por los investigadores.
«A raíz de este estudio hemos identificado algunas especies de perros de selva, que casi no se sabe nada de ellos en el mundo, de felinos mayores en nuestra zona de trabajo, como otorongos, tigrillos y pumas, además de armadillos gigantes, marsupiales y venados», explicó.
El programa también ha medido, con el uso de satélites, la huella ambiental que el yacimiento de gas de Camisea, el más grande de Perú, ha dejado en el Bajo Urubamba y ésta ha sido calculada en 0,2 % de su área total.
Mendoza señaló que el diseño del proyecto de Camisea consideró «minimizar las áreas de uso y los impactos por la deforestación que se tiene que hacer en algunas áreas, como los pozos, y la reforestación en todas aquellas áreas que no son necesarias de usar en la operación».
Pluspetrol tiene varias concesiones petroleras en otras regiones de Perú, donde incluso ha afrontado violentas protestas de comunidades nativas por los pasivos ambientales que han causado las operaciones de la compañía y sus antecesores.
El gas natural de Camisea es extraído por un consorcio integrado por Pluspetrol de los lotes 88 y 56 en las inmediaciones de los ríos Camisea y Urubamba, y en el valle del Bajo Urubamba, en la provincia cuzqueña de La Convención desde el 2004.
«Hay un seguimiento para asegurar que todo este bosque vuelva a restaurarse, a tener las funciones ecosistémicas que tenían antes de ser intervenidas», apuntó la jefa de Medio Ambiente.
El trabajo de investigación permitió además incluir 700 nombres científicos con sus equivalentes en lengua machiguenga, la que utilizan las comunidades nativas del Bajo Urubamba y de donde provino un equipo de coinvestigadores en el monitoreo ambiental.
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