24/12/2016/AFP / LR
Israel estaba el sábado a la defensiva tras la votación de una resolución de la ONU contra las colonias, una votación histórica que el primer ministro Benjamin Netanyahu tildó de «vergonzosa» y que achacó al presidente estadounidense Barack Obama.
El Consejo de Seguridad votó el viernes este texto después de que Estados Unidos se abstuviera, lo que permitió la adopción de la primera resolución de la ONU desde 1979 que condena a Israel por su política de colonización.
«La decisión que fue tomada es sesgada y vergonzosa, pero lo superaremos (…). Necesitará tiempo pero esta decisión será anulada» declaró Netanyahu en una ceremonia retransmitida en la televisión israelí.
Esa resolución es «un golpe anti-israelí vergonzoso» del cual hay que achacar la culpa «al gobierno Obama», explicó.
Israel revisará a fondo su colaboración con la ONU y la financiación que otorga a organismos de la organización, añadió el mandatario.
La votación se produjo pese a los esfuerzos del presidente estadounidense electo Donald Trump, que hizo presión sobre Egipto –en el origen de la resolución– para que fuera pospuesta.
Pero pese a la marcha atrás de El Cairo, Nueva Zelanda, Senegal y Venezuela decidieron el viernes presentar de nuevo el texto.
Aunque la resolución no prevé sanciones contra Israel, los responsables israelíes temen que facilite demandas ante la Corte de justicia internacional y aliente sanciones contra los productos de las colonias.
«Israel espera trabajar con el presidente electo (Donald) Trump y con todos nuestros amigos en el Congreso, tanto republicanos como demócratas, para eliminar los efectos dañinos de esta resolución absurda», aseguró Netanyahu en un comunicado previo a su discurso.
Michael Oren, ex embajador de Israel en Estados Unidos, y viceministro encargado de la diplomacia en la oficina del primer ministro, dio a entender que la resolución era «antisemita».
«En todos los conflictos en el mundo (….) solamente los judíos son puestos en la picota (…), me parece que esto se asemeja mucho al antisemitismo» declaró a la prensa poco después de la votación.
Por su lado Trump no tardó en reaccionar advirtiendo en Twiter que «las cosas serán diferentes en la ONU a partir del 20 de enero», día en que asumirá la presidencia.
– Frustración de EEUU con Israel –
Estados Unidos, principal aliado de Israel, ha servido tradicionalmente de escudo diplomático al Estado hebreo, protegiéndolo de las resoluciones de la ONU.
Pero, frustrado por años de infructuosos esfuerzos diplomáticos, Washington justificó su abstención por el negativo impacto de la colonización en la búsqueda de la paz en Medio Oriente.
«No se puede al mismo tiempo defender la expansión de las colonias israelíes y una solución de dos Estados», declaró la embajadora estadounidense en Naciones Unidas, Samantha Power, tras la votación, que fue acogida con aplausos.
La administración Obama había opuesto su veto a una resolución similar en 2011. Pero cinco años después, la posición del presidente saliente –que mantiene malas relaciones con Netanyahu– ya había sido objeto de especulaciones sobre un posible cambio de actitud.
La resolución exige que «Israel cese inmediatamente y completamente los asentamientos en los territorios palestinos ocupados, incluido Jerusalén Este». Además, recalca que las colonias israelíes «no tienen validez legal» y «están poniendo en peligro la viabilidad de la solución de los dos Estados».
Tras la adopción del texto, Israel anunció que llamaba a sus embajadores en Senegal y Nueva Zelanda. El estado hebreo no tiene relaciones con Venezuela.
El portavoz de la presidencia palestina, Nabil Abu Roudeina, aseguró de su lado desde Ramala que la resolución del Consejo de Seguridad es «un gran golpe» para Israel, porque «se trata de una condena internacional unánime de la colonización y un claro apoyo a una solución de dos estados».
Unos 430.000 israelíes viven actualmente en Cisjordania y otros 200.000 en Jerusalén Este, que para los palestinos debe ser la capital de su futuro país.
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