11/04/2025/Victor Gómez, El Crepuscular/animalpolitico
A pesar de no contar con tecnología avanzada ni laboratorios de última generación, México se ha consolidado como el principal productor global de fentanilo ilegal, una droga sintética que ha generado una crisis sanitaria en los Estados Unidos.
De acuerdo con cifras recientes, el 97 % del fentanilo decomisado en suelo estadounidense durante 2024 provino de México, específicamente de laboratorios clandestinos operados por organizaciones como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación. Estos laboratorios están concentrados en regiones del Pacífico como Sinaloa, Michoacán, y Durango, en estrecha cercanía a los principales puntos de entrada de precursores químicos provenientes de Asia.
La clave detrás del liderazgo de México radica en una combinación de factores: corrupción sistemática, un control insuficiente sobre el ingreso de precursores químicos, redes de distribución establecidas en los Estados Unidos, proximidad geográfica al principal mercado consumidor y una frontera extensa y difícil de vigilar.
“La falta de un sistema de justicia sólido en nuestro país facilita que los cárteles operen sin mayores complicaciones, mientras que las zonas rurales y serranas son aprovechadas para esconder los laboratorios”, señaló un experto en seguridad.
En respuesta, especialistas y organizaciones civiles instan al gobierno mexicano a intensificar sus esfuerzos para combatir estas redes criminales. Proponen fortalecer los controles aduaneros, desmantelar los laboratorios clandestinos y, sobre todo, atacar la raíz del problema: la corrupción que permea en distintos niveles del sistema.
La amenaza del fentanilo continúa escalando a nivel global, pero México tiene ante sí la oportunidad de frenar esta tendencia y asumir un papel más firme en la lucha contra el narcotráfico.
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