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Museo Nissan: la mejor forma de entender una marca

12/07/2016/Marca Motor

En Tokio, centro neurálgico del gigante dormido, encontramos uno de los ejemplos máximos de por qué Japón es un país imparable. El Nissan Heritage Museum es un museo perfecto para fans del automovilismo, pero también para todos aquellos que deseen repasar una historia que se escribe en logros industriales. No es un centro de grandes aglomeraciones, pero el lugar merece una visita… incluso virtual.

Aunque su entrada suele estar restringida a una vez al mes o visitas organizadas, merece la pena que manipulemos nuestra agenda para visitar la gigantesca exposición ubicada en las tripas de su planta de Oppama. Estamos ante un museo cuya sobria entrada no hace presagiar lo que encontraremos dentro, que no es otra cosa que un verdadero festival de vehículos de toda época y lugar que harán la boca agua incluso al visitante más escéptico. Una enorme colección de Nissan que van desde lo exótico hasta lo familiar; desde el poderío de sus 4×4, hasta las lujosas berlinas de última generación. Todo muy japonés, muy ordenado y con saturación de datos…

Los nostálgicos quedan pasmados. Hay que detenerse delante de los grandes clásicos, como Datsun 12, de 1933, el primer modelo de la firma, y una larga serie de pequeños camiones y pick up que parecen versiones a escala de los grandes modelos norteamericanos, y que hoy resultan de un encanto indiscutible. Pequeños, coquetos, y delicados pero resistentes al paso de la historia.

Esa misma historia, nos lleva a retrotraernos un siglo atrás hasta el citado DAT, como se llamó a este encantador y diminuto camión denominado con las iniciales de sus creadores (Kenjiro Den, Rokuro Aoyama y Meitaro Takeuchi) al que bautizaron como Datson o «hijo de DAT». Como «son» en japonés quiere decir «pérdida», la palabra mutó hacia Datsun, dando comienzo a una historia llena de triunfos. El resultado sigue, en todo caso, siendo una pequeña obra de arte que nos mira con simpatía con sus dos faros redondos.

Era el principio de una larga serie de vehículos de las marcas Datsun, Prince y Nissan expuestos en el museo de manera cronológica, agrupados en familias y con profusión de datos técnicos y explicativos sobre cada modelo. Así hasta configurar una exposición de más de 450 coches en perfecto estado y, casi todos ellos, haciendo honor a la buena fama de los coches japoneses, totalmente operativos.

En el recorrido hay opciones para todos los gustos. Junto a los Skyline, con nuestro favorito: el setentero Skyline GT-R, delicioso y brillante paralelismo con los muscle-cars norteamericanos, encontraremos esos clásicos sedán que son los Primera, los practiquísimos y fiables Micra y otros muchos mitos de un pasado más o menos cercano, como el «híper» famoso coupé 300 ZX.

No obstante, uno de los platos fuertes llega con la larga serie de prototipos de competición agrupados bajo el techo de la enorme nave, donde el afán de diseño, tecnología y superación de Nissan alcanza sus cotas más altas. Nos referimos a modelos como el R-380-II o los no menos míticos 240 Z, 160 J y, en general, los derivados de los Trans Am americanos. Todo un gustazo para el fanático de los coches rápidos.

 

Entre los clásicos y los súper deportivos, una amplia gama de turismos de todo tipo: el RWD S12, que nos recuerda a los Toyota Corolla de los 80, con sus faros retraibles, la elegante gama de berlinas Fairlady y los pequeños pero juguetones Sunny. Sin duda, unas horas en el cielo nipón para el aficionado al motor. Sayonara Baby!

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