11/02/2016/Reuters
De producirse una nueva crisis financiera los programas de estímulo monterio serán «cada vez más inficaces» para el relanzamiento económico, advierte un columnista británico.
Tendrían garantías para hacer frente a ataques terroristas, catástrofes naturales y epidemias como la del zika, incluso soportar años de incertidumbre económica, salarios estancados y altos niveles de desempleo. En cambio, «no podrían aguantar otra crisis bancaria y otra devastadora recesión», escribe el analista Allister Health para el diario británico ‘The Telegraph‘.
«Somos demasiado frágiles financieramente y psicológicamente. Nuestras economías, culturas y política siguen pagando un alto precio por la Gran Recesión; otro colapso, especialmente si fuera acompañado por un nuevo plan de rescate bancario gracias a los contribuyentes daría lugar a una reacción catastrófica e incontrolable», señala el columnista. Si se produjera una nueva crisis económica, habría llamamientos para «el control de precios y salarios, impuestos ultraprogresistas y sentencias de prisión arbitrarias», continúa Health.
«Si se produjera una nueva crisis económica, habría llamamientos para el control de precios y salarios, impuestos ultraprogresistas y sentencias de prisión arbitrarias»
Por temor a que partidos extremistas o populistas alcancen los gobiernos, los principales políticos acabarían por aprobar gran parte del citado programa, que «traería consecuencias devastadoras para nuestra prosperidad a largo plazo», advierte el columnista. Los bancos centrales empezarían a imprimir dinero: darían dinero en efectivo a consumidores para acelerar la demanda. Ello haría perder el respeto a la idea de que el dinero debe ser ganado, según Health.
El crecimiento financiero disminuye por doquier al tiempo que la inversión monetaria para el relanzamiento económico de los últimos años «parece cada vez más ineficaz». Los comerciantes creen que las tasas de interés no subirán en el Reino Unido hasta 2019 y discuten que las tasas de interés negativas pueden resultar necesarias en todo el mundo desarrollado.
«Por eso todos debemos esperar que la agitación de los últimos días en los mercados financieros y las cada vez más preocupantes noticias económicas resulten ser una falsa alarma», concluye el columnista.
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