29/03/2016/EFE/EA
El presidente de EE.UU., Barack Obama, «se resistió» la semana pasada a fotografiarse con el en alto de la de su homólogo cubano, Raúl Castro, debido al grado de desacuerdo que persiste en varias áreas de la relación, afirmó hoy el portavoz de la Blanca, Josh Earnest.
El portavoz comentó de los momentos más fotografiados de la visita de Obama a Cuba la semana pasada, cuando, al terminar su conferencia de prensa conjunta, el lunes, Castro trató de levantar el brazo del presidente estadounidense, quien no pareció muy cómodo con el gesto pero aún así sonrió a las cámaras.
«Creo que el presidente Castro tenía en mente una fotografía bastante icónica con el presidente Obama y sus brazos levantados juntos. Creo que el presidente Obama creía que eso implicaría un grado de acuerdo mucho mayor en algunas prioridades que el que realmente existe», dijo Earnest en su conferencia de prensa diaria.
«Por eso el presidente se resistió a la idea de una fotografía como la que imaginó el presidente Castro», agregó.
Aunque Obama no «esperaba» que el líder cubano hiciera algo así al final de la conferencia de prensa, sí reconoce que «para tener 84 años, el presidente Castro demostró ser bastante rápido en sus reflejos», apuntó el portavoz.
Earnest subrayó que, por lo demás, Obama se sintió «completamente cómodo al aparecer en el escenario» de la conferencia de prensa junto a Castro, con el que mantuvo «importantes conversaciones» en una reunión bilateral poco antes.
La Casa Blanca respondió también a las críticas al viaje de Obama por parte del expresidente cubano Fidel Castro, quien opinó en una columna publicada hoy que Cuba no necesita regalos del «imperio», y que el líder estadounidense cometió olvidos históricos en el discurso que ofreció al pueblo cubano desde La Habana.
Earnest afirmó que el hecho de que el expresidente cubano haya criticado la visita demuestra que esta tuvo su «efecto previsto», en el sentido de «aumentar la presión» para que el Gobierno cubano mejore su respeto a los derechos humanos.
«El hecho de que el expresidente se sintiera obligado a responder de forma tan contundente es una indicación del significativo impacto de la visita del presidente Obama a Cuba», afirmó el portavoz.
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