29/06/2017/EFE/ER
Un par de horas antes de tomar un vuelo a Madrid para una gira de siete conciertos, el reguetonero puertorriqueño Arcángel, conocido como «La Maravilla», se aleja unos minutos del plató del filme dominicano «Colao» y expresa sin adornos su visión de sí mismo y de un sueño que espera ver cumplido en su momento.
Tampoco se guarda nada de su visión de la situación en Venezuela y de su presidente, Nicolás Maduro.
«Yo creo que me voy a hacer ciudadano venezolano para participar en las elecciones de ese país. Porque si una persona que apenas llegó al tercer grado de primaria es el presidente allí, yo tengo más esperanzas, porque al menos habló dos idiomas, canto y ahora actúo», dijo «La Maravilla» de manera serena.
En «Colao», ópera prima del actor Frank Perozo, Austin Santos, su nombre de pila, se enfunda en el papel de «Santos», un asistente de cocina en un restaurante capitalino que ansía triunfar en la vida a a través de la música.
En ese rol le toca compartir con el recién llegado Antonio (Manny Pérez), un cafetalero solterón que espera encontrar en la gran ciudad el amor de su vida.
«Me gustan este tipo de retos, de estar con gente experimentada de las que pueda aprender, con personas importantes que sepan más que yo», dice Arcángel a Efe al final de su participación en la película.
El artista, que prefiere ser llamado «persona carismática» porque los artistas son «falsos», pasa rápidamente a hablar de música, política y filantropía.
Da gracias a Dios por el talento que le ha dado en el arte y muestra su asombro cuando le tildan de arrogante, solo por decir lo que piensa.
«Las cosas se dicen como son. En mi música, en mi vida, es así como me manejo», refiere este hijo de dominicanos que nació en Nueva York y se educó en Puerto Rico.
De hecho, al momento de referirse a la «isla del encanto», Arcángel no se anda con rodeos cuando de emitir su opinión se trata.
«Los puertorriqueños debemos despertar. Hay que arrancar con un proceso para que en 20 o 30 años veamos los frutos. Nuestra isla debe ser para nosotros. Hay que educar a los niños, a la juventud; ponerle eso en la mente, que ese es nuestro país», en franca postura en favor de la autodeterminación de ese Estado Libre Asociado de EE.UU.
Arcángel también expresó la satisfacción que le depara ayudar a la educación y alimentación de miles de niños en varios países de América Latina a través de su fundación «Arca Love The Kids», de la que se encarga de manera personal.
«Eso no lo hago para que me reconozcan, ni mucho menos, creo que si podemos llegar a tener algo más que muchas personas, debemos ayudar a quienes más nos necesitan», dice sobre los programas de su fundación en México, Chile, Argentina, Puerto Rico y Perú.
Otras alegrías que le ha dado el arte las ha aprovechado cuando realiza colaboraciones con otros artistas de su generación como los colombianos J. Balvin y Maluma, el dominicano Vakeró o el puertorriqueño Farruko.
«Yo siempre estoy disponible a producir con muchos de mis compañeros en la música. Creo que eso nos hace más fuertes», acota.
Este es justo el punto donde Arcángel revela lo que sería para él su mayor anhelo en el mundo del arte:
«Lo que yo desearía con todo mi corazón es estar aunque sea una hora conversando con Robi Draco Rosa; creo que es el mejor compositor de música contemporánea», expone el cantante con una admiración que raya en devoción hacia este artista puertorriqueño.
El intérprete de «En la intimidad», «Hace mucho tiempo» o «Aparentemente», se despide con un inútil deseo: «ojalá suspendan ese vuelo», en referencia a su inminente partida a la capital española.
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